Este EP de apenas cinco canciones alcanza para sentir cómo el Club Artístico Libertad hace vibrar un puente entre el pasado y el presente. “El rayo que no cesa” suena a lucha y ternura, a la memoria que se resiste a desdibujarse. Las melodías, algunas propias y otras que nacieron de esas voces que se escuchaban en las trincheras, no suenan aquí con nostalgia, sino con la fuerza de quien busca abrir una puerta en tiempos de muros y sombras. Cada canción se convierte en un gesto de resistencia, en una pincelada de historias que el colectivo no solo interpreta, sino que parece vivir en carne propia.
La atmósfera íntima de este EP, en donde se escucha el eco de sus conciertos, es también un refugio y un grito. Como un rayo que sigue encendido, invita a quienes escuchan a no olvidar, a no perder la chispa de lo que alguna vez fue y sigue siendo, y a cantar junto a esa corriente subterránea de rebeldía que nos recuerda que algunos fuegos, por fortuna, no se apagan.
