En Mutántica, Triángula nos envuelve en un viaje que atraviesa lo profundo, lo roto y lo indómito. Cada una de sus canciones parece reclamar su lugar en un universo lleno de belleza y resistencia, y lo hace con una contundencia casi palpable. En este segundo disco, las voces de Micaela Vita, Noelia Recalde y Nadia Larcher no sólo se oyen, sino que se sienten como el latido de una manada decidida a transformar escombros en caminos.
Ricardo Mollo se suma como invitado especial en Pájaros, aportando su voz y guitarra para elevar la experiencia sonora a nuevos espacios, casi místicos. Cada nota y cada palabra parecen balancearse entre la rabia contenida y una serenidad saboreada en medio del caos. Es un álbum que suena a rito, a invocación, y que en cada verso nos hace preguntas que retumban: ¿qué nos pasa? ¿dónde estamos? ¿qué es la vida? Y al final, se abre al misterio y nos entrega esa pausa necesaria, un “silencio” que más que callar, libera.
Desde la producción de Facundo Rodríguez hasta el arte visual de María Fernanda Rallo, todo en Mutántica parece conspirar para ofrecernos una experiencia más allá de lo musical, un abrazo sincero y desgarrador en tiempos donde cada acto de creación es, quizás, también un acto de resistencia.
