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Juana Molina lanza “Siestas ahí”, primer adelanto de Doga

Juana Molina lanza “Siestas ahí”, primer adelanto de Doga

Después de siete años sin publicar canciones inéditas, Juana Molina vuelve a sorprender con un nuevo single que ya está disponible en todas las plataformas digitales. La pieza se titula “Siestas ahí” y abre el camino hacia Doga, su octavo álbum de estudio, que verá la luz el próximo 5 de noviembre bajo los sellos Sonamos y RGS Discos. Enigmática e imprevisible, Juana entrelaza texturas sutiles y orgánicas, con palabras que emergen como capas concéntricas sobre una armonía sobria, generando esa atmósfera única que la distingue: familiar y sorprendente a la vez, capaz de transportar hacia otra dimensión. Doga es un disco que le llevó casi seis años de cocción: “Fue como preparar una comida para seis comensales con ingredientes como para un batallón”, confesó. Reunirá 10 composiciones distribuidas en un vinilo doble de 45 rpm, con un arte de tapa creado por Alejandro Ros. La obra concentra todas las cualidades que hicieron de Juana una artista irrepetible: melodías imprevistas, sonidos etéreos, gestos mínimos y sutiles, repetición como estética y letras que dialogan con la emoción más honda. La presentación oficial será el viernes 21 y sábado 22 de noviembre a las 21 h en La Trastienda (Balcarce 460, CABA). Juana Molina, nacida en Argentina en el seno de una familia de artistas (su padre, Horacio Molina, cantor de tangos; su madre, la actriz Chunchuna Villafañe), descubrió la música desde niña. Tras un paso exitoso por la televisión, decidió dejarlo todo y apostar a su verdadera pasión: la creación musical. Desde entonces, construyó una trayectoria admirada en todo el mundo, fiel a una estética que no imita ni se deja encasillar. Como señaló el New York Times: “Molina no imita a nadie. Ella se divierte demasiado siendo ella misma”. Con Siestas ahí y el inminente Doga, Juana Molina reafirma su lugar como una de las voces más originales de la música contemporánea. Suscribite a #Youtube.  Mandanos un whatsapp ➯ Acá

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PRÓLOGO DE PRÓLOGOS

PRÓLOGO DE PRÓLOGOS

Sobre una noche de música en el CAFF. Por Gabriela Stoppelman – El Anartista Llueve. Siempre llueve más fuerte a orillas de la música. Tal vez sea una prueba de sonido, un preámbulo, un augurio. En Sánchez de Bustamante al 700, el CAFF tiene techos altos, altísimos. La chapa contiene, recoge o abraza la lluvia. En principio, estamos a resguardo para escuchar al dúo Murga- Lucente. A eso creemos que vinimos. Pero habrá que esperar, porque ellos cierran el espectáculo. Está claro que es noche de preámbulos cuando un dueto femenino de piano – Amalia Escobar- y voz poderosa -Luisina Mathieu- agita la respiración de quienes han corrido bajo la tormenta para llegar a tiempo. Así, escurre los últimos vestigios del afuera y abre la inmensidad de adentro. Ellas se miran. La pianista y la cantante arremeten con la mirada. Ese diálogo mudo entre músicos siempre me pareció un corredor hermoso de complicidad, una ligazón que se ríe de las duraciones, un simulacro de vínculos eternos en el instante. Y mudo es una forma de decir, porque allí donde parecen faltar las palabras no hacen falta. Hay un pulso de miroteos que charlan, reverberan en la música, en el aire, en la voz. Qué lindo es vivir en un mundo con aire. Hace poco escuché que todas esas explosiones fabulosas en estrellas súper masivas son absolutamente mudas. No hay, que se sepa, ningún otro sitio en el universo donde el sonido encuentre un medio para conducirse. Privilegiados pues, los que habitan este difícil planeta. Pero volvamos a esos pasillos de confianza, a esos túneles de afecto entre el piano y la cantante, entre el atisbo y el rumor. Estos callejones se han abierto para los espectadores. Es bueno estar aquí. La sensación es la de participar completamente del espacio En este rincón del mundo y en ningún sitio más. De pronto se detiene la música, hay una pausa donde reina la luz. Quién sabe qué será de la lluvia afuera. Acá ya no importa, aún chorrean algunos paraguas en los respaldos de las sillas, mientras se conversa rápido, una obertura breve y a estar listos para lo que sigue. Y sí, más prólogos. Está visto que es la clave de la noche, aunque apenas hay tiempo de pensarlo porque ahí nomás despunta Contrareloj, un sexteto arrasador. Cada tema es un preludio al siguiente y un pórtico a la memoria el anterior. Contrareloj: un nombre que viene como una de mil maravillas, ya que el tiempo ha tomado nuevas curvas. Suaves unas, cerradas otras, por valles y picos, la topografía de la orquesta, de la banda o del conjunto es el mapa donde se dibuja toda ilusión de comunidad. Y Spinoza susurra a vuestro oído: “en la multitud la potencia es mucho mayor a la suma de las partes”. En eso el cantante de Contrarreloj anuncia al dúo Murga- Lucente: “los escuché en la prueba de sonido, no los conocía, no se lo pierdan”. A esta altura es muy difícil pensar el espectáculo por partes, asistimos al todo, es decir, al modo en que una intensidad es el proemio a lo que sigue. Y ahí arrancan. O saltan. Por supuesto, saltan al vacío, que es el único salto que vale la alegría, aunque el asunto termine en pena: “salté al vacío en busca de tus brazos y besos/ enloquecí al descubrir que no había más que una ficción”. Mientras el verso avanza, cruje la madera del trampolín, oscila aún con el impulso del saltador. En ese oscilar, lo recuerda, lo retiene, le cuida la ilusión, protege a quien salta del vacío debajo. Y le canta. Pero el cuerpo se zambulle: “renuncia a la ambición de vencer al dolor”. El cuerpo se mece como el trampolín. El cuerpo es el puente. Entre el teatro y la canción, recitar es prolegómeno de cantar. O viceversa. Ruta de doble mano, regresa con la palabra aterida, asombrada. Y no va la palabra y se sacude las esquirlas del vacío, como antes los espectadores se sacudieron la lluvia, igualito a como tiemblan los ecos de los cuerpos sobre la madera del trampolín. Sí, sí. Cualquiera sabe que un trampolín es la antesala de un despegue, pero aterrizar justo al lado de “María, en el súper Lee Yuan, de la calle Echeverría” es por lo menos inesperado. Y así es como la Milonga china, de Adrián Murga, agradece a la cultura que plancha y entretiene. De ese modo, “Heidi y tintorerías” preanuncian una lista infinita, una muralla que, derribada, presagia un regreso, un giro originario: “Si Occidente es Yankilandia/ solo Mickey lo festeja/ con el oriente milenario/ tal vez nos cambie la moraleja.” El humor es la distancia que acerca. Tal vez de eso hablaba Walter Benjamin cuando insistía en no perder el aura: “la presencia de una lejanía por cercana que se encuentre”. Y ya que hablamos de distancias, bien dispuesto en un pericón nacional, “El gordo y el flaco”, no parecen tan lejanos a duplas autóctonas: “Laurel y Hardy fueron pareja/ de comediantes a los tortazos. / ¿Qué tienen ellos que no tengamos? /A ver si empardan nuestra moción: A uno lo llaman “Rey de la Carne”, /al otro Mauro, presentador;/se chicanearon, se ningunearon/y la comedia así empezó”. Qué manera de hacer volteretas en el espacio. Gira y gira tanto lo que siempre apenas comienza que, de la pantalla chica, saltamos a la calle. Del pericón a la milonga “Dartañán”: “De chiquito aventurero/ que jugaba con espadas/y de grande lo apodaron/Dartañán el mosquetero/y al vecino Baldomero/entre cejas lo marcaba:”…¡cuchame, Baldomero! te lo dije mil veces: que cague en la vereda de tu casa. ¡Te voy a matar! pero no lo tomes como una amenaza, no… tomalo como una verdá”. Y la verdá, la verdá, los cuadros que dominan las escenas en los temas del dúo Murga- Lucente se encadenan para develar prepotencias, astillas de las furias cotidianas. Pero, ojo. Si “la palabra es una faca que se clava como verdá”, por prodigio de esta

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BAJAR ARRIBA

BAJAR ARRIBA

Sobre la Experiencia Visitas con Felicitas, en el Museo Santa Felicitas, en Barracas, Pinzón 1480. Por Gabriela Stoppelman – El Anartista Descender a veces tiene su altura. Así sucede en las Visitas con Felicitas, la propuesta del Museo Santa Felicitas de Barracas. Primero hay que bajar, la calle fue levantada y la puerta quedó petisa, dice una de las guías del lugar. Así que se entra agachado, como quien se mete por un hueco en la pared. Y esta promesa de espacio oculto y misterioso también se transforma en tiempo. Después de la recepción, en los “túneles”, ya aguardan los visitantes.Pero de verdad no son túneles, si te fijas, hay ventilación. Es solo que la construcción se encuentra bajo nivel. Sin embargo, antes de comenzar a andar, se puede espiar el pasado, como si de verdad tuneleáramos. Al comienzo, la mirada otea de lejos. Allí hay objetos, muchos objetos que, aún fuera de foco, gritan su disyunción con el presente. Lo antiguo titila a la distancia y llama. Entonces los ojos panean, porque en la multitud el cuerpo del paseante queda librado a su latido, y va allí donde el afecto y el interés escojan. Antiguos tipos de una imprenta que, en su quietud, parecen asediados por el silencio de escrituras que perseveran en lo invisible. Una valija de cuero con una enorme estrella de David grabada en su centro aún cuenta el relato de un inmigrante que debió dejar atrás todo, menos la luz de ese astro que de seguro lo sostuvo en los naufragios del exilio. Por allí, un balde de trabajo se interpone entre la soledad de una balanza y la sed de una tabla de lavar la ropa, que aún retiene entre sus vetas memorias de las fibras, residuos de la trama. Detrás de un biombo, se oculta el recato de una bañadera con patas, medio se muestra, medio se retira, porque quizás custodie aún el pudor de alguna silueta enfantasmada. Si se les devuelve dignidad, los objetos levantan los ojos y te miran, dice Walter Benjamin. Y así sucede con la contundencia de una lata de bizcochos Canale, que regresa ante los paseantes e inaugura memorias y nostalgias de objetos jamás vistos por algunos, más que en fotos o viejas publicidades. No sería raro entrever el tacto de una abuela que fracciona la delicia para la venta detrás de un mostrador, en un almacén de ramos generales. Como tampoco sorprendería que, de pronto, retomaran su floreo los hace tanto tiempo inquietos platillos de una balanza. Tunelamos, merodeamos y la deriva de pronto las ve. No hay duda que intentan escapar del marco de la foto, como una vez intentaron huir del peso de sus empleos. Jóvenes, niñas, ninguna cede a la tentación de una sonrisa. El flash las incendia con una luz o les agrega dos ojos encandilados. Todas las obreras nos miran con esas ganas de futuro que la pobreza y el sacrificio aún les arrebatan. Nos reclaman con ese temple de quien entrega su imagen como documento, como denuncia. Tienen el cuerpo cansado, pero la cabeza erguida. Tienen hambre. Porque, en estos sitios por donde andamos, solían venir a comer los obreros de las fábricas. Los obreros, no las obreras. Si sobraba, también se les servía a los vecinos humildes del barrio de Barracas. El comedor ofrecía comida diaria a muy bajo costo o gratuita, y estaba pensado sobre todo para los trabajadores de los frigoríficos, curtiembres y fábricas de la zona. Y en ese cuento entra Doña Petrona, convocada como ecónoma para determinar los más convenientes menús. Por aquellos años, la tecnología ya generaba una grieta y marcaba de qué lado quedaban las “Doñas Marías Castañas de Retraso” y las “Doñas Marías Castañas de Progreso”. La cocina a gas buscaba imponerse a la cocina a leña con el fulgor de lo nuevo, lo imperdible, con la prepotencia de esa flecha que lleva de las narices hacia adelante. Y en una de esas, mientras la deriva nos conduce de recinto en recinto, en un extremo de uno de los no túneles se encienden una mujer y un farol. Los caminantes se inquietan. Ya el tiempo está curvado, las cronologías confusas y encima ella circula entre los visitantes e insiste en que todo se repite, siempre se repite, siempre igual. Y a cada paso es tan distinta y distinguida, que la muerte no parece haberla dañado demasiado. Por lo menos no tanto como la vida. La vida como la cuentan los breves días y las biografías de Felicitas Guerrero. Paradojal el nombre para una mujer obligada a un matrimonio con un sujeto mucho mayor que ella; para la viuda joven que perdió dos hijos; la joya de los salones porteños que, a punto de celebrar su compromiso con su amado Samuel Sáenz Valiente- a quien, en esta ocasión, tampoco le sirvió de mucho la acepción de su apellido-, es asesinada por un pretendiente despechado, Enrique Ocampo. Felicitas agonizó algunas horas y falleció la madrugada del 30 de enero de 1872. Pero cuentan que al poco se sacudió la muerte y su fantasma comenzó a deambular. Algunos relatos dicen que su fantasma aparece vestido de blanco en los pasillos de la iglesia y en los antiguos salones de la quinta, especialmente, cerca del altar de la capilla Santa Felicitas, construida en su honor por sus padres. O que entra y sale de las demolidas habitaciones donde vivió. O que se la escucha llorar en las noches de tormenta la tragedia de su asesinato y la pérdida de sus hijos. Figuras que se mueven, fríos repentinos, nada de eso acompaña en este caso al merodeante. Es un cuerpo de actriz que habita en el umbral donde la felicidad posible troca en desgracia, donde el asesino atropella los cuerpos de tantas otras, que no tuvieron nombre ni alcurnia para ser consideradas las primeras víctimas de femicidio. Es un cuerpo que actúa en las zonas limítrofes de la historia. Del presente, toma un objeto plástico que un paseante insiste

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Músicas de por acá. Lanzamientos revueltos

Músicas de por acá. Lanzamientos revueltos

Cuatro estrenos, cuatro abrazos sonoros en la Discoteca de Revuelto Radio. Cuatro universos distintos, una misma invitación: dejarse llevar por nuevas músicas, palabras y emociones. 📌 Escuchá estos lanzamientos completos en la Discoteca Revuelto. Loli Molina, Pedro Rossi – Un cosmos que camina conmigo Un disco que propone el encuentro y un viaje exquisito por la canción. Un cosmos que camina conmigo trae el diálogo íntimo y profundo entre dos artistas sensibles, Loli Molina y Pedro Rossi, que logran abrir un espacio sonoro donde la canción se vuelve refugio. Escuchar acá Willy González, Victoria Birchner – Quimera El encuentro entre la voz de Victoria Birchner y el bajo de seis cuerdas de Willy González dio forma a Quimera, un disco grabado en vivo en el estudio La Cuesta, al pie de las sierras de los Comechingones, en Carpintería, San Luis. Ese entorno natural dejó su huella: los músicos hablan de una experiencia “mágica”, donde el paisaje se volvió parte de la música. Escuchar acá Ambulantes – Módico y de calidad Canciones que llegan como una crónica de lo cotidiano, con la sencillez de lo que camina a nuestro lado todos los días. Módico y de calidad, el nuevo trabajo del dúo Ambulantes (Julián Venegas y José Santucho), abre esa puerta: la de los oficios urbanos, los vendedores ambulantes, los pregones que llenan veredas, plazas y colectivos, y que forman parte de nuestra memoria cultural. Escuchar acá Nomás así – De muchas formas lo mismo Este primer disco de Nomás Así se abre como una invitación a perderse en senderos poco transitados del folklore argentino. Allí donde la chacarera, la zamba o el gato suelen ser protagonistas, el trío decide bordear la periferia y dar voz a danzas y cantos que permanecían casi olvidados. En De muchas formas lo mismo conviven la refalosa federal, el palito, el cuándo, la cueca cuyana, el pala pala, el huayno, el escondido, la tonada, la vidalita santiagueña, el rasguido doble y el estilo. Once piezas que laten como un mapa sonoro alternativo, delicado y sorprendente. Escuchar acá

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Revuelto Radio: un espacio de resistencia, cultura y diversidad

Revuelto Radio: un espacio de resistencia, cultura y diversidad

El pasado jueves 28 de agosto, en el Teatro El Alambique a sala llena, estrenamos un video muy especial durante la primera edición del Festival Revuelto en Vivo, encuentro que reunió a artistas y amigos de nuestra casa como Víctor Hugo Morales, Osvaldo Santoro, Casiana Torres, Martín Castro, Lucrecia Merico, Adrián Stoppelman, entre tantos otros. El video, con relato de Quique Pesoa, fue realizado por Pau Blois a partir de una reflexión colectiva: quienes hacemos Revuelto Radio nos preguntamos qué creemos que es este espacio, y qué deseamos que sea en un presente tan desafiante para los medios independientes. El resultado es un retrato honesto y necesario:Revuelto Radio como trinchera cultural, como compañía cercana, como comunidad diversa. Un lugar donde conviven la música popular independiente, la poesía, las luchas sociales, las infancias, los pueblos originarios, la memoria y la ternura. Más de 20 años después de haber nacido como un programa de radio, hoy Revuelto late en la web, y en streaming, con la misma convicción de siempre: creer en la música como refugio, en la palabra como herramienta y en la radio como un hogar común. La pieza audiovisual nos recuerda lo que somos: autogestión, resistencia y amor por la cultura. Y también lo que soñamos: seguir creciendo, llegar a más oyentes y sostener un espacio de libertad, diversidad y memoria. 💛 Una de las formas más concretas de sostener Revuelto Radio es con tu suscripción. Sumate y hacé que este sueño colectivo siga sonando: https://revueltoradio.com.ar/banca_a_revuelto/ Suscribite a #Youtube.  Mandanos un whatsapp ➯ Acá

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Norma También: un documental urgente que interroga al presente

Norma También: un documental urgente que interroga al presente

La figura de Norma Pla, referente del movimiento de jubilados en la década del ’90, vuelve a escena en un momento donde su legado parece más actual que nunca. Rebelde, incómoda e inolvidable, Norma funcionó como una memoria viva contra el individualismo y el ajuste. También, como una voz que puede leerse dentro del cauce histórico del feminismo popular. Ese recorrido se plasma en “Norma También”, un documental dirigido por Natalia Vinelli y Alejandra Guzzo, que rescata con material audiovisual inédito la potencia de su lucha y la instala en diálogo directo con nuestro presente. No es sólo un retrato de los ’90: es una interpelación al aquí y ahora. Estreno en Gaumont y en el marco de DOCA Las primeras funciones serán el sábado 23 y domingo 24 de agosto en el Cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635, CABA), a las 19 y 19.30 horas, respectivamente. La del sábado se enmarca dentro de la 16ª Muestra de Cine Documental DOCA. El proyecto tuvo un inicio oficial con apoyo del INCAA, pero pronto fue descartado por la gestión de gobierno y quedó entre decenas de películas sin financiamiento. Como eco de la historia que narra, la producción pudo completarse gracias a los aportes solidarios de cientos de personas y al acompañamiento de Barricada TV y Cine Insurgente, dos espacios de intervención cultural con larga trayectoria en Argentina. Una investigación que interpela generaciones La trama parte de la mirada de Solve, una estudiante feminista que se sumerge en la vida de Norma Pla con la pregunta inicial: ¿quién fue esa mujer que, en plena euforia neoliberal, se animó a poner el cuerpo en la primera línea de protesta? A partir de entrevistas, viajes, reconstrucciones y hallazgos de archivo, la película va tejiendo un puente entre generaciones. La lucha por una jubilación justa, todavía vigente en las calles, se conecta con las batallas actuales, mostrando que la figura de Norma no pertenece al pasado, sino que se multiplica en el presente. “La película no es solamente un retrato de los ’90: propone un diálogo intergeneracional y una forma de compromiso”, señala Vinelli. Una obra colectiva y necesaria El documental fue declarado de interés por unanimidad por un jurado compuesto por asociaciones de cine argentinas. Con una duración de 74 minutos, “Norma También” se presenta como un relato urgente: memoria, feminismo, política y rebeldía se cruzan en una obra que no busca comodidad sino preguntas. Luego de las funciones en el Gaumont, ya están confirmadas nuevas fechas en el Palacio El Victorial y en la Sala Padre Mugica, los días 27, 28, 29 y 30 de agosto. Porque el reclamo de Norma Pla no quedó en los ’90. Y porque, como recuerda el documental, cuando una voz se vuelve colectiva, ninguna domesticación alcanza para silenciarla.

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Músicas de por acá. Lanzamientos revueltos

Músicas de por acá. Lanzamientos revueltos

En Revuelto siempre hay lugar para descubrir nuevos sonidos. Esta semana compartimos cuatro discos recientes que llegan para quedarse: músicas que respiran identidad, riesgo y belleza. 📌 Escuchá estos lanzamientos completos en la Discoteca Revuelto. El corazón como abrigo – María y Cosecha El nuevo disco del quinteto liderado por la cantante y compositora María de los Ángeles Ledesma es una caricia para estos tiempos fríos: canciones que abrazan la raíz folklórica con arreglos finos y una sonoridad profunda. Cada tema dialoga con la tradición sin quedarse quieto, buscando siempre un aire renovador. Voces cálidas, guitarras, charangos y percusiones para abrigarse por dentro. Acostumbrarse no es rendirse – Mora García Médici Once canciones que se sumergen en la intimidad y la emoción. Mora regresa a lo acústico y lo orquestal para contar historias que nacen de experiencias reales: la familia, la pérdida, el amor como refugio. Piano al frente, arreglos delicados y colaboraciones que enriquecen un disco que abraza la fragilidad sin perder fuerza. Emiliano Ferrer Trío – Emiliano Ferrer Trío Con guitarra, bandoneón y contrabajo, el trío propone un viaje instrumental por la tradición del tango y la música ciudadana, pero con mirada contemporánea. Seis composiciones originales y una versión muy personal de “Ave de paso” conforman un trabajo que combina escritura, improvisación y un sonido de gran carácter colectivo. Collector – Ramiro Zayas Desde Berlín, Ramiro Zayas entrega un álbum experimental que mezcla jazz contemporáneo, improvisación y resonancias argentinas. Sin percusión, el pulso lo marcan los metales, el clarinete bajo y el contrabajo en diálogo con un piano que explora colores y texturas. Collector es un disco para la escucha atenta: un universo sonoro que se despliega con cada repetición.

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“Fabiana Cantilo en Café Berlín – Entre clásicos, nuevas voces y abrazos”

“Fabiana Cantilo en Café Berlín – Entre clásicos, nuevas voces y abrazos”

Por Santi Simonazzi Una noche que invita a la música con la promesa de que algo sincero va a suceder. El Café Berlín, ese refugio porteño que abraza como living de amigos, fue el lugar donde Fabiana Cantilo decidió abrir su corazón en clave de canción. En la confianza de esa intimidad, Fabiana contó que hacía unas horas había muerto su gata: “Este show es para mi gata”, dijo apenas salió a escena. Y sí, parecía una frase menor, pero no lo fue. Esa despedida íntima marcó el pulso de una noche atravesada por la emoción, donde cada acorde fue también caricia. El Berlín estaba a pleno. En las mesas, una constelación de edades y vínculos: adolescentes que cantaban como si esas canciones las hubieran escrito para ellxs, mujeres que se abrazaban entre lágrimas y risas, hombres con ojos húmedos y madres con hijas que compartían, sin necesidad de explicarse, la música que las une. Fabiana salió al escenario con guitarra, sonrisa y una honestidad brutal: “La estoy pasando como el orto. Pero vamos a hacer esto igual, porque esto también es la vida”. Y así empezó a sonar. El repertorio fue un viaje profundo. Estuvieron los himnos eternos —Nada es para siempre, Fue amor, Mi enfermedad, Mary Poppins—, pero también hubo lugar para perlas escondidas, que quedaron alojadas en lo más hondo de su discografía. Fabiana las trajo a la luz con esa mezcla de humor, dolor y lucidez que la hace única. Entre canciones, contó anécdotas delirantes, se rió de sí misma, recordó momentos de su vida con esa mezcla de picardía y vulnerabilidad que tanto conmueve. La banda que la acompañó supo sostener cada atmósfera con sensibilidad: bajo, batería, guitarra y coros al servicio de la canción, sin estridencias ni artificios. Y al centro de todo, su voz: esa voz que no se dobla, que no se maquilla. Una voz que es al mismo tiempo relámpago y susurro, fiesta y lamento. Uno de los puntos altos de la noche fue la aparición de Marisa Mere, cantante, guitarrista y compositora, que se sumó para aportar una energía nueva, potente, afectuosa. Más tarde, subió al escenario su ahijado Ishi, junto a su banda Sociedad Lavanda, una bocanada de frescura indie que dialogó a la perfección con la energía del show. Fabiana, generosa, les dio espacio, los presentó con orgullo. Porque si hay algo que también define su trayectoria es esa voluntad de tender puentes, de abrir camino para otras voces. Cada tema fue recibido como un mantra. El público cantó con devoción y ternura. No fue un repaso de carrera. No fue un show de grandes éxitos. Fue un ritual de amor. Un encuentro entre quienes crecieron escuchando su música y una artista que sigue apostando al arte como forma de sostener(se). Un concierto que se pareció mucho a la vida misma: desprolijo, intenso, hermoso, sincero. Cuando el show terminó, nadie aplaudía por compromiso. Era gratitud lo que se respiraba. Por la música, por la entrega, por seguir acá, cantando lo que duele y lo que nos salva. Consultá las próximas fechas en nuestra Agenda Cultural Suscribite a #Youtube.  Mandanos un whatsapp ➯ Acá

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Radio Tacatún: las infancias toman la palabra

Radio Tacatún: las infancias toman la palabra

A partir de este domingo a las 19 h, Revuelto Radio se expande con nuevos sonidos y voces que llegan para quedarse: ¡se estrena Radio Tacatún, un programa hecho por niñxs y para niñxs de todas las edades! En cada emisión, Radio Tacatún propone un espacio donde las infancias se expresan sin guión, con espontaneidad, ternura, humor y libertad. Preguntas disparadoras abren la puerta a mundos posibles e imposibles: ¿A qué suenan los sueños? ¿Cómo se hace una nube? ¿Qué pasaría si los perros gobernaran el mundo? Las respuestas llegan entre juegos, músicas, recetas, entrevistas, chistes, adivinanzas y libros leídos al aire. El nombre del programa parece un ritmo, y lo es: porque late, baila y vibra con la alegría de imaginar. Pero también es una declaración. Tacatún suena a tambor, a corazón y a micrófono abierto. Y si infancia viene del latín infans —“quien no tiene voz”—, en este programa esa idea se da vuelta como media: en Radio Tacatún, lxs chicxs no solo tienen voz, sino que la usan para crear, jugar, preguntar y compartir. Un espacio sonoro donde la imaginación se mezcla con la palabra. Bienvenidxs al mundo fabuloso de Radio Tacatún, desde este domingo, todos los domingos, por Revuelto Radio. Parece Streaming… Es Radio. Suscribite a #Youtube.  Mandanos un whatsapp ➯ Acá

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Zoe Gotusso. La alquimia del encuentro

Zoe Gotusso. La alquimia del encuentro

La cantante y compositora Zoe Gotusso cerró su ciclo “Pequeños conciertos”, una serie de fechas a sala llena en el teatro Margarita Xirgu. Por Santi Simonazzi ph Martina Henarejos -Nota al Pie En una puesta cuidada en su estética y priorizando la cercanía con su público, la artista cordobesa realizó doce conciertos en los que recorrió el repertorio de sus dos discos, acompañada por artistas invitados, bailarines y una banda sólida que aportó intensidad y sutileza. Música, movimiento, iluminación y puesta en escena fueron los ingredientes precisos para transformar el teatro en una reunión íntima, donde la distancia entre escenario y platea se borró como por arte de magia. Zoe tiene una presencia escénica cálida, se permite la emoción, lo que la vuelve una artista genuina, sin poses. La dulzura de sus letras y melodías nos transporta a un estado onírico y vibrante. ph Martina Henarejos -Nota al Pie El concierto comenzó a oscuras, con la voz a capella de Zoe entonando Un bossa+, su primer single, que enseguida fue coreado por todos. Le siguieron algunos temas acompañada por su guitarra. Sobre el final de Lara —una de las canciones más celebradas de su último disco— se levantó el telón para dar paso a su banda: Martín Allende Medina en guitarra, Rocío Alí en bajo, Amparo Basualdo en piano y Melanie Williams en batería. Entre lxs invitadxs del ciclo estuvieron Emanuel Horvilleur, Louta y Julián Kartún, con quienes interpretó Amor loco, Ayer te vi y Carta para no llorar, temas que les pertenecen respectivamente y que grabaron en colaboración con Zoe. La carrera discográfica de Zoe comenzó con Mi Primer Día Triste en 2020, luego de publicar cinco singles. Anteriormente, en 2018, había lanzado SMS junto a Santi Celli, con quien conformó el dúo Salvapantallas. A fines de 2024 salió Cursi, producido por Cachorro López y con colaboraciones de Bomba Estéreo y Paulinho Moska. También fue artista invitada en los shows de Coldplay en el Estadio River Plate y de Paul McCartney en el Estadio Kempes de Córdoba. Estos Pequeños conciertos de Zoe Gotusso lograron crear una atmósfera de intimidad y emoción en la que, lejos de sentirnos público, fuimos parte de una celebración junto a una artista que acorta distancias e invita a compartir su obra. Prueba de esto fue el último encuentro del ciclo, donde Zoe terminó invitando al escenario a todxs lxs que quisieran cantar con ella. Subieron quienes pudieron, algunos quedamos abajo, pero todxs cantamos con emoción Amándote, de Jaime Roos, cerrando en el Xirgu esta serie de Pequeños conciertos de esta gran artista. ph Martina Henarejos – Nota al Pie Suscribite a #Youtube.  Mandanos un whatsapp ➯ Acá

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Un espacio de encuentro en torno a la Música y la Palabra. Mesa larga a la que te invitamos para compartir mucha y linda Música Popular Independiente.

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