“La música de Flores” crece, se despeja y afirm a su espacio propio con La falacia del espantapájaros. Un álbum que suena a duelo y celebración al mismo tiempo. Pollo Raffo, teclados; Tomás Pagano, bajo; Rodrigo Genni, batería y loops, componen este trío que trasciende estilos sin olvidar raíces.
Este sexto registro discográfico de Raffo, editado por Club del Disco, aparece luego del fallecimiento del saxofonista Martín Rur, miembro histórico del grupo. No buscaron reemplazo; en cambio, su ausencia late en el disco, especialmente en El rulo, tema dedicado a su memoria. Esa pérdida moldea la estética del álbum: un sonido más desnudo, casi íntimo, donde teclados, bajo eléctrico y batería transitan sin prejuicios el jazz, rock progresivo, tango y milonga.
El repertorio se abre como un abanico de climas: desde la ironía y el juego de Siete de cada cinco, hasta pasajes reflexivos como Persecución o los movimientos angustiados de Preludio al Rulo, que desembocan en los tres movimientos de La falacia del espantapájaros Parte 1/2/3. Un arco sonoro que crece, se retira, se atreve.
La producción fue captada en estudios como El Hornero, Doctor F y Estudio Lerma, con César Silva a cargo de grabación, mezcla y master; Rodrigo Genni también participa en tareas de grabación y loops. El Arte y diseño de Emmanuel Panza acompaña visualmente esta atmósfera reflexiva.
En esos trazos sonoros, La falacia del espantapájaros muestra la virtud de lo sobrio y lo profundo: Raffo sabe que detrás de la música está el barrio, la memoria, y esa idea de que ser autor desde lo íntimo puede proyectar paisajes comunes. Un disco para escuchar con auriculares puestos, con el cuerpo atento, saboreando cada silencio y cada tensión, porque aquí los sonidos no solo acompañan, interpelan.
Ale Simonazzi