El destino tiene sus formas de tejer encuentros y este fue uno de esos que parecían postergados pero que, de golpe, se dieron con toda la potencia. Desde Córdoba hasta España, desde Unquillo hasta un rincón de la Valencia rural, el viaje de esta artista es una travesía de música, exploración y búsqueda de sentido. La historia comienza con un viaje que iba a durar semanas y terminó extendiéndose sin fecha de regreso. Un proyecto de intersección entre música y ciencia la llevó a Europa, y entre las casualidades y los tiempos que se abren, la música –su propia música– volvió a llamarla. Después de años dedicados a proyectos interdisciplinarios, sintió la necesidad de regresar al eje, de reconectar con sus propias canciones. «Me di cuenta de que tenía que volver a hacer mi música», confiesa. No era que la había abandonado, pero sí había quedado en un segundo plano, opacada por la vorágine de otros proyectos. Ahora, con una gira llamada El Tao de la música, vuelve a recorrer Latinoamérica, llevando sus composiciones y su visión renovada del arte. Conocida por sus exquisitas versiones en redes, donde reinterpreta clásicos con una sensibilidad única, sabe que su conexión con la música va más allá de lo personal. «Tengo la suerte de tener amigos talentosos, y me encanta invitar a compartir esas canciones como si fueran estándares de jazz». Pero más allá de los clásicos, este nuevo ciclo la encuentra con un disco en camino y un primer single a punto de ver la luz. Viviendo entre la España rural y la ciudad, reflexiona sobre los ciclos, la creación y la necesidad de espacios de retiro y expansión. «Hay un tiempo para inhalar y otro para entregar», dice, describiendo el equilibrio entre la introspección y el escenario. No todo ha sido un camino lineal. La crisis del 2020 la llevó a cuestionarse si la música seguía siendo su camino. «Dejé de encontrarle sentido», confiesa. Sin embargo, ese mismo proceso la ayudó a encontrar nuevas formas de entender la comunidad y el arte, dándole una perspectiva más profunda sobre el rol del artista en lo colectivo. Entre sus inquietudes también está la transformación del consumo cultural. No califica de mejor o peor la forma en que las nuevas generaciones viven la música, pero sí reconoce que los desafíos son distintos. «Yo me crié analógicamente, las redes llegaron después. Hoy, los chicos llenan estadios por un éxito viral. Es otra lógica, otra velocidad». Así, con la claridad de quien ha recorrido el espiral de la duda y la reafirmación, vuelve a la música con más fuerza. Porque, al final, las canciones propias siempre encuentran su momento. Seguí a Revuelto en Instagram y Facebook Revuelto Radio. Parece streaming, pero somos radio. Suscribite a #Youtube. Mandanos un whatsapp ➯ Acá
Read More