Revuelto

Corazón de nuestro pueblo: Cecilia Zabala y Lula Bertoldi rinden homenaje a Diego Maradona.

En una pieza cargada de emociones y simbolismo, Cecilia Zabala une su talento con la potencia de Lula Bertoldi para dar vida a “Corazón de nuestro pueblo”, un tributo que entrelaza lo sagrado y lo popular en memoria de Diego Maradona. Por Ale Simonazzi “Corazón de nuestro pueblo” es el segundo single del próximo disco de Cecilia Zabala. Un acto de amor colectivo hacia un ícono inmortal. Acompañada por la inconfundible Lula Bertoldi, guitarrista y cantante de Eruca Sativa, Zabala nos invita a sumergirnos en un paisaje sonoro donde se entrelazan sus raíces musicales con la fuerza y la singularidad de Bertoldi. La canción es un homenaje profundo a Diego Maradona, el eterno 10, quien marcó no solo el rumbo del fútbol, sino también el corazón de generaciones enteras. Compuesta el mismo día de su partida, esta pieza lleva la huella indeleble de esa jornada del 26 de noviembre de 2020, en la que el país entero se paralizó para despedirlo. Cecilia comparte en sus palabras el origen de esta creación: “Nunca pude encontrar un lugar propio en los deportes, pero el día de su partida sentí que se abrió un portal: pude entender la magia del don y su conexión con la belleza, la convivencia de lo sagrado y lo mundano. Esa misma tarde compuse letra y música de ‘Corazón de nuestro pueblo’.” La alquimia de una colaboración especialEl encuentro entre Zabala y Bertoldi potencia las características únicas de ambas artistas. Por un lado, la sensibilidad y los matices sonoros que definen la obra de Cecilia, y por otro, la intensidad y la expresividad vocal de Lula. Juntas logran una mixtura que transita con delicadeza entre lo íntimo y lo explosivo, creando un diálogo entre sus universos musicales. La letra, cargada de agradecimiento y memoria, se eleva con las voces de ambas intérpretes, mientras las guitarras tejen un paisaje sonoro que respira melancolía y esperanza. En palabras de la propia Cecilia: “Yo solo te digo GRACIAS, corazón de nuestro pueblo.” Diego, el mito eternoSe sabe que Maradona trasciende lo deportivo; es un símbolo de lo humano en todas sus facetas: brillante y contradictorio, divino y terrenal. Zabala traduce esta dualidad en una canción que no solo recuerda al hombre que deslumbró al mundo con su magia, sino que también conecta con las emociones de quienes lo lloraron desde los rincones más diversos. Cecilia, quien admite no haber tenido una relación cercana con el deporte, encontró en ese día una conexión inesperada con el legado del astro: “Lo que significó Diego para mi generación, que creció viéndolo jugar, está impregnado en la canción. Es un tributo a la belleza y a la humanidad de quien logró, con su magia, unirnos como pueblo.” Créditos y detalles del lanzamiento“Corazón de nuestro pueblo” fue producido por Cecilia Zabala y cuenta con la participación esencial de César Silva en la grabación, mezcla y masterización. El diseño de portada, obra de Marcela Furlani, complementa visualmente la intensidad y sensibilidad de la canción. Ficha técnica: Cecilia Zabala: guitarras, voz, arreglos.Lula Bertoldi: voz, guitarra, arreglos vocales.Grabación, mezcla y masterización: César Silva.Diseño de portada: Marcela Furlani.Productora: Cecilia Zabala.Distribución: Mundos Music. Un adelanto de “Sagrado rito”Este tema es parte de “Sagrado rito”, el próximo disco de Zabala, que se espera para 2025. El proyecto promete ser un recorrido de colaboraciones con artistas que Cecilia admira profundamente, como Juan Falú, Miguel Cantilo, Yusa y Javier Ruibal, entre otros. Con más de 15 años de carrera y diez discos en su haber, Cecilia Zabala se consolida como una figura clave de la música independiente argentina. Ganadora del Premio Nacional de las Artes en 2018, su obra abarca géneros y fronteras, con un sello distintivo que combina virtuosismo, sensibilidad y una búsqueda constante por lo nuevo.

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Marimba sigue sonando: celebración y memoria para una revista esencial.

Por Ale Simonazzi «Marimba», la revista que celebró la música Latinoamericana ya es parte del Archivo Histórico de Revistas Argentinas. Las páginas de Marimba ya no se imprimen, pero el eco de su contenido resuena, como el golpe seco y cálido del instrumento que le da nombre. Desde ahora, esta revista singular, que logró en pocos años condensar una mirada luminosa sobre la música y la cultura de América Latina, puede consultarse en línea, libremente, en el sitio del Archivo Histórico de Revistas Argentinas ( AHIRA ). Una celebración que este sábado 30 de noviembre tendrá su encuentro en la Casa de la Cultura , con una charla abierta entre voces clave de la música y el periodismo cultural: Mariano del Mazo, Guillermo Pintos, Sergio Pujol y Diego Fischerman. Como broche, el pianista Nicolás Guerschberg ofrecerá un concierto para cerrar la jornada. «Marimba» fue un milagro editorial. Su existencia breve, entre octubre de 2013 y diciembre de 2015, dejó cuatro números que hoy son pequeños universos en sí mismos. Basta mirar las portadas para entender la densidad de su búsqueda: Discepolín , Maria Bethânia , Mercedes Sosa y Martha Argerich , rostros que hablan de épocas, estilos y geografías diversas, pero unidas por una sensibilidad común. Detrás de esas portadas había un equipo editorial que se animó a soñar en grande. Con el diseño gráfico de Carlos Salatino y la edición fotográfica de Alejandro Lipszyc , los textos fluían entre entrevistas, ensayos y rescates que cruzaban nombres como Djavan , Hugo Fattoruso , Fernando Cabrera , Lolita Torres y Leonardo Favio . El nombre de la revista no fue casual: la marimba, ese instrumento de percusión nacido de la mezcla cultural entre un esclavo africano llamado Marimbo y su esposa oaxaqueña, Lugarda, es un símbolo potente de fusión y resistencia. Y en sus páginas, «Marimba» desplegó exactamente eso: un caleidoscopio sonoro y visual que iba del candombe uruguayo a la bossa nova brasileña, de la chacarera al pop, de las canciones de cuna ancestrales a los mantras espirituales. Una revista que excedió su propia forma.La génesis de «Marimba» estuvo vinculada a Ibermúsicas, un programa que, en su momento, dependía de la Secretaría de Cultura de la Nación y luego contó con el apoyo del Ministerio de Cultura. Lo que comenzó como un proyecto ligado a la institucionalidad rápidamente tomó vuelo propio. Su idea rectora era clara: reflejar la exuberancia cultural de América Latina, una tarea que, según sus propios responsables, «saludablemente, se les fue de las manos». En esa generosidad de contenido convivieron nombres de colaboradores que, por sí solos, ya serán un imán para cualquier lector curioso. Luis Chitarroni , Sergio Pujol , Mauro Apicella , Sandra de la Fuente , Diego Fischerman , Violeta Weinschelbaum y tantos otros pusieron sus voces y perspectivas, mientras las imágenes de fotógrafos como Guido Piotrkowski , Carlos Furman y Rodrigo Ruiz Ciancia terminaron de construir un relato visual que complementaba a la perfección las palabras. Los cuatro números impresos de «Marimba» también fueron una suerte de mapa cultural: entrevistaron a figuras icónicas, pero también se permitieron rescatar tesoros escondidos. Sus páginas incluyen notas sobre Astor Piazzolla , la familia Parra , Agustín Barrios y artistas que, aunque no suelen ocupar los grandes titulares, definen el pulso de nuestra región. La revista también se aventuró en ensayos fotográficos, comentarios de libros y novedades discográficas, siempre con una mirada que privilegiaba la profundidad por sobre la coyuntura. El paso al mundo digitalLa llegada de «Marimba» al formato digital, gracias al trabajo del Archivo Histórico de Revistas Argentinas (AHIRA), es más que un gesto de preservación: es un acto de democratización cultural. Ahora, cualquiera puede acceder al archivo completo de la revista desde cualquier rincón del mundo. En un contexto donde la cultura parece siempre debatirse entre el vértigo de lo inmediato y el olvido, tener disponibles estos cuatro números es un recordatorio del valor de lo duradero, de lo hecho con amor y cuidado. La tarea de digitalizar y preservar revistas como «Marimba» no solo permite recuperar textos e imágenes; También reconstruye el clima de una época, las discusiones y sensibilidades que atravesaron esos años. Es, en definitiva, una forma de mantener viva la conversación cultural. Una cita con la música y la palabra.El encuentro de este sábado será una oportunidad para repasar la historia de «Marimba» y reflexionar sobre su legado. Con nombres como Mariano del Mazo , Guillermo Pintos , Sergio Pujol y Diego Fischerman , la charla promete ser tan rica como las páginas de la revista que celebran. No se trata solo de mirar hacia atrás, sino también de pensar cómo esas ideas y enfoques pueden inspirar nuevas miradas. Un legado que sigue vivoLa historia de «Marimba» es, en muchos sentidos, la historia de una región que nunca deja de buscarse y reinventarse. Entre el pulso de una chacarera y el ritmo de una bossa nova, entre la poesía de un tango y la espiritualidad de un mantra, una identidad rica y plural que merece ser celebrada y preservada. Este sábado, en la Casa de la Cultura , las páginas de «Marimba» volverán a cobrar vida, no solo en las palabras. Sábado 30 de noviembre, 16 h. Casa de la Cultura, Avenida de Mayo 575 (CABA). Entrada libre y gratuita, por orden de llegada.

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Real Book Argentina Vol. 2: memoria y presente del jazz en nuestras manos.

Por Ale Simonazzi En el marco del BA Jazz, este 23 de noviembre el Salón Dorado del Ministerio de Cultura será el escenario para la presentación oficial del Real Book Argentina Volumen 2, un trabajo monumental que reúne 350 obras de jazz argentino. A cargo de Esteban Sehinkman, Bernardo Monk y Hernán Cassibba, la charla y las intervenciones musicales prometen ser un homenaje al espíritu colectivo que sostiene la escena local. Hay proyectos que nacen de la falta. Que no sólo se proponen llenar un vacío, sino hacerlo desde el corazón de una comunidad. El Real Book Argentina (RBA) es uno de esos proyectos. Surgido en 2008 como un gesto necesario, esta obra colectiva reúne las partituras de los grandes compositores de jazz argentino, desde pioneros como Oscar Alemán hasta las voces más actuales. Este noviembre, el RBA presenta su segundo volumen, ampliando su catálogo y reafirmando su compromiso con la memoria y la creación musical. El sábado 23, el Salón Dorado del Ministerio de Cultura se llenará de notas y palabras para celebrar este logro. Esteban Sehinkman, pianista, compositor y motor principal del proyecto, estará acompañado por Bernardo Monk y Hernán Cassibba en una charla que irá conectando una extensa red de músicos y obras, además de compartir momentos de música en vivo. El jazz argentino: una memoria colectivaHablar del Real Book Argentina es hablar de un gesto colectivo. Desde su origen, el proyecto se sostuvo en el aporte desinteresado de compositores que cedieron sus obras para ser incluidas en este gran libro. Hoy, el sitio web del RBA (www.realbookargentina.com) cuenta con más de 650 partituras disponibles para descarga gratuita, un verdadero archivo vivo del jazz argentino. El nuevo volumen incluye 350 obras que reflejan la riqueza estilística del género en nuestro país. Desde los ecos de la improvisación hasta las estructuras complejas que dialogan con otros géneros, cada partitura es una ventana al universo creativo de quienes la concibieron. Compositores como Dino Saluzzi, Mono Fontana, Lilian Saba y Javier Malosetti, entre muchos otros, integran este mosaico que abarca generaciones, estilos y territorios. El valor de lo colectivoEl RBA no sólo preserva la música, también fortalece el tejido comunitario. En palabras de Sehinkman: “El denominado jazz argentino ha dado origen a un discurso con identidad propia. Las ideas que conforman este universo creativo se afirman como conjunto y encuentran morada en este libro”. El proyecto, además, tiene una profunda vocación pedagógica. Muchos de los compositores que participan son también docentes que ven en el RBA una herramienta para compartir su visión con las nuevas generaciones. A través de sus partituras, los estudiantes pueden analizar los patrones y los gestos que hacen único al jazz argentino, ampliando las posibilidades de exploración creativa. El RBA no se limita a documentar. Es, también, un faro que apunta hacia lo que viene. Durante sus 15 años de vida, ha inspirado iniciativas similares en Chile, Uruguay y otros países de la región, convirtiéndose en un modelo para preservar y difundir las músicas locales. Además, su Ensamble Real Book Argentina (ERBA) ha grabado hermosos discos y realizado presentaciones que llevan estas partituras del papel al escenario, demostrando que el jazz es un arte vivo, en constante transformación. En 2023, el RBA fue parte de la programación de la ONMA (Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto) con un concierto en el CCK que unió las partituras de diez compositores con arreglos orquestales. Este tipo de colaboraciones refuerzan el impacto del proyecto, conectando a los músicos con nuevas audiencias y formatos. Una cita imperdible en el BA JazzLa presentación de este sábado 23 no es sólo una invitación a conocer el segundo volumen del RBA. Es, también, una oportunidad para celebrar el espíritu colectivo que sostiene al jazz argentino. La música, al igual que las historias, encuentra su verdadero sentido cuando se comparte. Entre las intervenciones musicales y la charla, será posible vislumbrar ese diálogo constante entre tradición e innovación, individualidad y comunidad, que define al género. Un evento que, sin duda, resonará más allá de las paredes del Salón Dorado, como eco de una escena que sigue creciendo.

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Un tornado dulce: Gabo Ferro en su propia voz, cuerpo y espíritu.

Por Ale Simonazzi Un tornado dulce: un recorrido por la vida-obra de Gabo Ferro es una invitación a descubrir la esencia de un artista inigualable, cuyas canciones, poesías y reflexiones se tejieron con una sensibilidad única y desafiante. Escrita por Lalo Ugarte y Sergio Sánchez, esta biografía recorre los caminos de Ferro, desde su paso por la música hasta su faceta de historiador y poeta, revelando la profundidad y el poder transformador de su obra. Sergio Sánchez comparte con Revuelto cómo fue armar el mosaico íntimo que da vida a esta obra, una que se atreve a ir más allá de la superficie de uno de los artistas más singulares de la escena cultural argentina. Con una trayectoria artística muy personal y un estar sensible, Gabo Ferro dejó una marca inconfundible en la música, la poesía y el pensamiento. En el libro Un tornado dulce: un recorrido por la vida-obra de Gabo Ferro, los autores Lalo Ugarte y Sergio Sánchez logran capturar la esencia de este multifacético creador. Editado por Marea, este trabajo no es solo una biografía: es un testimonio colectivo que entrelaza las voces de amigos, artistas y colegas de Ferro, pintando un retrato de su vida y obra con una ternura que refleja el espíritu del título. Este “tornado dulce” se erige como símbolo de la dualidad de Gabo: un hombre cuya sensibilidad era tan vasta y profunda como su presencia en el escenario, donde, sin emitir una palabra, lograba transmitir una intensidad única. La obra explora desde sus primeros pasos en el punk y el rock con Porco, un grupo que rompió las convenciones de su época, hasta su retirada temporal hacia el ámbito académico. Gabo dejó la música durante seis años, dedicándose a estudiar historia, solo para regresar al escenario con una voz más madura, cargada de una profundidad poética que trascendía lo musical. Esta pausa y retorno son claves en su obra, tal como describe Sergio Sánchez, uno de los autores del libro: “El supuesto silencio absoluto o apartamiento completo de la música durante esos años no fue tal. Aunque no estaba en el escenario, Gabo seguía explorando y gestando proyectos como Sexa, un trabajo de música electrónica junto a Claudio Lafalce, que aunque quedó inédito, evidencia su constante inquietud artística”. La biografía logra equilibrar la vida personal y profesional de Gabo, sin entrar en los detalles de su intimidad. La decisión de no profundizar en su vida privada obedece a una ética que busca respetar la voluntad del propio Ferro. “No queríamos armar una imagen completa o definitiva, sino presentar nuestro punto de vista, el resultado de nuestra investigación”, comenta Sánchez. Para él y Ugarte, la prioridad era dar cuenta de los intereses, inquietudes y valores de Gabo a través de su obra, y por ello optaron por entrevistar a artistas y colegas cercanos al terreno público de Ferro. El resultado es un enfoque que se nutre de la relación de Gabo con su entorno creativo y permite comprender mejor cómo sus canciones y poemas eran, en gran medida, una ventana a su universo. Entre los grandes hallazgos en la investigación, Sánchez menciona una faceta menos conocida: la de Gabo en el teatro y la performance. “Muchos directores y artistas de teatro destacan la potencia escénica de su cuerpo. Cuando subía al escenario, algo en él vibraba; su presencia era tan intensa que no necesitaba ni abrir la boca para transmitir algo”. Esos momentos de entrega total en el escenario, que tanto le caracterizaron, revelan su profundo compromiso artístico que iba más allá de la simple interpretación. Ferro también fue un artista que, a lo largo de su carrera, desafió las normas sociales, abordando “temas inconvenientes” en sus letras y en sus ensayos históricos, como él mismo decía. Sus canciones y escritos trataban temas como el dolor, la muerte, la no-binariedad, la sangre y la existencia en el margen. Este interés por lo periférico, por aquello que suele incomodar o sacudir al público, fue una constante que nutrió toda su producción artística. Desde su formación en Mataderos, un barrio en el límite entre la ciudad y el conurbano bonaerense, Gabo exploraba lo que estaba en la frontera, en ese espacio entre la norma y la disidencia. En el escenario de la música independiente argentina, Gabo dejó una huella de autonomía y libertad creativa, algo que se destacó por su autenticidad y por la valentía de mantenerse fiel a su visión artística. Para Sánchez, esta independencia no era solo una decisión estética, sino política: “La independencia se demuestra con hechos, siendo realmente libre y rebelde al crear. Para Gabo, la obra era lo más importante, todo lo demás -el mercado, las tendencias, incluso el packaging- era accesorio”. Esta ética y su independencia creativa son parte de su legado más profundo y una inspiración para artistas jóvenes que buscan abrirse camino sin comprometer su voz. Entre sus múltiples intereses y exploraciones, la conexión de Gabo con los derechos humanos fue un pilar. Su cercanía con organismos como Abuelas de Plaza de Mayo y su apoyo a leyes como la de matrimonio igualitario y la identidad de género reflejan su compromiso con causas que promovían la igualdad y la libertad de identidad. Su voz resonó en esos contextos, siendo un símbolo de empatía y valentía en tiempos de cambios sociales. Sánchez destaca: “Si hay algo que Gabo transmite a las nuevas generaciones, es la honestidad, el compromiso y la audacia para enfrentar temas difíciles desde la poesía”. Un tornado dulce es un homenaje que evoca esa autenticidad sin restricciones. A lo largo de sus páginas, las palabras de quienes compartieron la vida y obra de Gabo convergen en un mosaico que hace de este libro una lectura obligada para comprender a un artista que, como pocos, encontró en la poesía su propia voz, esa que seguirá resonando en el tiempo. Un tornado dulce es una invitación a adentrarse en el mundo de Gabo Ferro, al mismo tiempo, una puerta abierta para descubrir en sus canciones

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Pola Grabinski y su «Tangos en el Patio»: un cumpleaños entre milongas y lazos de río.

Por Ale Simonazzi El 15 de noviembre, la cantante Bárbara «Pola» Grabinski, celebra su cumpleaños en el lugar que ella misma ha hecho suyo: el Club Social Cambalache en San Telmo. Con una mezcla de tango y sonidos del litoral, Pola nos invita a vivir una noche en la que la música y la autogestión se entrelazan en un espacio que resiste y celebra nuestra identidad cultural, con ese aire porteño que también mira hacia los ríos que nos conectan. Con la fecha marcada y los músicos listos, «Tangos en el Patio» espera a quien quiera disfrutar de la música popular desde el corazón del Club Social Cambalache, un lugar que va más allá de un simple escenario. Ubicado en la histórica Casa de los Ezeyza en el barrio de San Telmo, este espacio acoge desde 2021 a quienes sienten en la piel el pulso de la música ciudadana, renovada y diversa, tejida entre las raíces del tango y un abanico de sonidos que cruzan la ciudad. Para Pola Grabinski, celebrar su cumpleaños en Cambalache «es como extender el festejo a toda una familia musical que, a fuerza de pasión y de empeño, sostiene vivo el espíritu de un club que se nutre del arte, la historia y la autogestión». Con la misma entrega y creatividad con la que Pola enfrenta sus proyectos, Tangos en el Patio es una manera de explorar el tango desde una mirada actual, respetuosa de la tradición y a la vez atrevida, para enriquecer esa misma tradición con otras perspectivas y sonidos. “Queremos que Cambalache represente esa mezcla de miradas y experiencias musicales. En un momento tan desafiante para la cultura, mantenemos esta bandera en alto: insistimos en un espacio que ofrece una experiencia linda al público y, sobre todo, que permite entender el valor de nuestra música”, cuenta Pola, que ha volcado su energía y creatividad en cada rincón del club, en cada acorde y en cada detalle de los encuentros que se suceden semana tras semana. Tangos y algo más: un viaje por el ríoTangos en el Patio es la puerta de entrada a un universo donde lo popular se abraza con lo íntimo y lo regional. Como lo explica Pola, «la elección de integrar en el repertorio otros sonidos del litoral no es un capricho. Es una suerte de homenaje al Paraná, al vínculo con la música de nuestra tierra, esa que llega desde las provincias y se escucha en Buenos Aires como un recuerdo, pero también como una presencia viva. Lo pensé como un recorrido geográfico por el río; un viaje que empieza con tangos y se transforma en un navegar musical hacia los clásicos del litoral”, dice la cantante. Pola se entrega con alegría a esta noche de canciones que la acompañarán en su propio festejo. Su equipo incluye a Vero Bellini en piano, Alejandro Bordas y Juan Lorenzo en guitarras, y Matías Keller en percusión, músicos con quienes compartirá ese viaje íntimo que cruza el tango y la canción popular, pasando de la nostalgia porteña al aire fresco de los ritmos ribereños. La atmósfera de Cambalache se presta perfecta para el diálogo entre estilos: desde tangos tradicionales hasta canciones del litoral, unidas en un repertorio donde cada nota conecta con un fragmento de historia o de memoria compartida. El desafío y la magia de la autogestiónMantener un espacio como Cambalache no es tarea sencilla. Cada presentación es un acto de resistencia y de celebración que involucra horas de trabajo conjunto, de planificación, de sueños que se comparten. “Los desafíos son muchísimos. En este momento, las convocatorias no son fáciles, por eso creemos en darle al artista un trabajo de producción en conjunto”, cuenta Pola, quien lidera el esfuerzo constante de sostener este espacio cultural. Es un trabajo de cada día, de alianzas con periodistas, de estrategias para dar visibilidad al trabajo de quienes se presentan en el club, de una red que va extendiéndose y creciendo como el público, como la comunidad que se arma alrededor de estos encuentros. Esa red de apoyo y de trabajo, que incluye a cada músico, a los que comunican, al equipo que organiza, a los que asisten, es lo que permite que Cambalache siga latiendo. Porque para Pola, la satisfacción viene en los momentos de pausa, cuando mira el patio lleno y ve que, con cada aplauso y cada sonrisa, el trabajo de tantas manos y corazones toma sentido y forma. Es esta resistencia, esta determinación por mantener viva la esencia del club, lo que da a Cambalache su identidad tan particular, tan suya, tan nuestra. No es un espacio más: es un hogar para la música argentina en sus múltiples expresiones, y su valor reside precisamente en esa mezcla de lo autogestivo con la tradición. Pola no sólo es una cantante exquisita, sino también una anfitriona que sabe recibir a su público, que entiende la necesidad de hacerlos sentir en casa, parte de un lugar que ofrece más que un espectáculo, un espacio de pertenencia. Tangos en el Patio es un reflejo de su propia mirada sobre el tango y la música argentina, una mirada que se atreve a ampliar los horizontes, a explorar lo que la conecta con el resto de los géneros, con otras zonas y otras sensibilidades. Este ciclo también ha logrado unir generaciones y sensibilidades distintas, y para Pola, esa mezcla es el alma misma de Cambalache. “Queremos ofrecer un muestreo de toda la música argentina, desde lo autogestivo hasta las producciones de artistas históricos”, explica. Una noche de celebraciónEste 15 de noviembre, la Pola Grabinski festeja su cumple. Será una noche especial, nos encontraremos con el espíritu de un lugar que ya es icónico, un espacio de arte y de memoria, donde el tango vive y se expande, y donde las músicas de la región son también invitadas de honor en esta fiesta porteña. Cambalache, al igual que quienes lo llevan adelante, resiste con el alma en la voz, con la certeza de que, en cada

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El Río en la Piel: Damián Lemes y Tati Grandolio presentan «Tábanos» en Hasta Trilce

Por Ale Simonazzi Con el litoral en el alma, el jueves 7 de noviembre Damián Lemes y Tati Grandolio llegan a la Ciudad de Buenos Aires para compartir “Tábanos” en el bello espacio de Hasta Trilce. En este disco, que mezcla nostalgia y exploración, estos músicos entrerrianos le cantan al río, al amor y a la raíz profunda de su tierra, invitándonos a un encuentro en donde las aguas del litoral y el canto popular se vuelven una sola corriente. Existen músicas que parecen venir de lejos y, sin embargo, cada nota nos roza con una cercanía tan íntima que casi sentimos la brisa del paisaje que evocan. “Tábanos”, el último trabajo de Damián Lemes y Tati Grandolio, es una de esas músicas. Una travesía en nueve temas por el litoral más hondo, una obra que no solo nos hace escuchar la fuerza del río Paraná, sino que nos inunda con su persistente calma y su poética cautivadora. Con un enfoque fresco y contemporáneo, este disco da una vuelta de tuerca a ese litoral que siempre se mueve entre lo conocido y lo sorpresivo, como el vuelo de un tábano sobre el agua quieta. La propuesta que ambos artistas presentarán en Hasta Trilce se distancia de la simple interpretación de la tradición litoraleña. Algo más que resonará este jueves 7 de noviembre, algo que tiene que ver con la manera en la que Lemes y Grandolio han entendido y reimaginado la identidad de su tierra. En cada acorde del acordeón de Tati y en cada frase de Damián, vibra una conversación entre el paisaje y el ser humano, una complicidad con el tiempo que parece lento pero implacable en el río. Tati Grandolio, músico, arreglador y acordeonista de gran sensibilidad, ha encontrado en Damián Lemes, intérprete y compositor de alma profunda, un cómplice ideal para este viaje sonoro. Su arte se combina en una delicada armonía, construida sobre una instrumentación cuidadosa, donde la voz de Lemes y el acordeón de Grandolio dialogan y se entrelazan con guitarras, percusión y contrabajo. Esta vez, contarán también con invitados especiales que sumarán su impronta única: el querido Chango Spasiuk, quien presta su acordeón en el primer sencillo del disco, “Solo para mí”, donde los universos de Spasiuk y de Lemes-Grandolio confluyen en un tema que destila nostalgia y belleza en cada acorde. Lemes y Grandolio no solo son músicos que interpretan el río; lo traen en la sangre y lo cantan como quien susurra secretos antiguos. Es este vínculo entre el ser y el paisaje lo que permite que «Tábanos» sea una propuesta tan sólida y emocionalmente envolvente. Lemes, de Gualeguaychú, y Grandolio, de Victoria, conocen cada rincón de esa región litoraleña y, en cada una de sus canciones, reflejan una visión única de su identidad. Como expresó el gran Ramón Ayala sobre Damián: “El buen escucha va a enjoyar su alma con sus obras”. Y es que, en este proyecto, las letras, los arreglos, la ejecución y el sentimiento se conjugan para darnos una joya que vibra entre la poesía y la nostalgia. Cada tema de “Tábanos” es una postal sonora que nos invita a detenernos, a escuchar con pausa, a dejarnos llevar por el susurro de las aguas. En “Acuarela del río”, por ejemplo, la voz de Damián se eleva entre guitarras y percusiones para pintar con dulzura y melancolía un paisaje ribereño que habla de una geografía espiritual. Otros temas, como “Alma guaraní” y “El boyero”, nos acercan a la esencia misma de la cultura litoraleña, rescatando ese sonido tan característico del acordeón y las guitarras, y nos llevan a la magia de los amaneceres y atardeceres junto al Paraná. El disco fue grabado y editado en Itakuá, un estudio que respira el mismo aire entrerriano que inspira la obra de estos músicos. Esta conexión con la tierra, con el lugar de origen, es parte fundamental del proyecto. Allí, entre los matices y ecos de guitarras, percusiones y acordes de acordeón, cada tema se fue moldeando para capturar esa sonoridad íntima y envolvente que es tan propia de “Tábanos”. La mezcla y el mastering en Santa Fe a cargo de Ramón Merlo aportan el toque final, dando cuerpo a una obra que suena tan auténtica como acogedora. Con una lista de temas que abarca composiciones propias y versiones de clásicos, la música de «Tábanos» emerge de la tradición litoraleña, pero también se anima a experimentar, a buscar nuevas formas de expresión. Este jueves 7 de noviembre, “Tábanos” de Lemes y Grandolio nos invita a dejarnos llevar por el río, por los paisajes, por las historias que susurran en cada canción. Porque, como la mirada tornasolada de un tábano al sol, este disco nos muestra que la belleza y el misterio están en cada rincón de nuestra tierra, esperando a ser descubiertos.

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Festival «Los Años Luz Córdoba» trae a Buenos Aires un colectivo musical con fuerte arraigo folclórico, territorial e identitario.

Por Ale Simonazzi La Tangente se convierte en un punto de encuentro para aquellos que buscan sumergirse en la vibrante escena de la música popular cordobesa. Artistas como José Luis Aguirre, Mery Murúa, Paola Bernal, Vivi Pozzebón, Juan Iñaki y Jenny Náger, figuras de raíz y sello propio, traen a Buenos Aires la fuerza de sus sonidos y una energía que los une y representa, en la que, además de música, habrá un pedazo de historia, identidad y comunidad cordobesa. La actual escena musical cordobesa está poblada de artistas que, desde la diversidad, forjan identidad renovando sus raíces sin perder el pulso de lo esencial. En ese tejido de ritmos, voces y paisajes emerge el Festival Los Años Luz Córdoba, que este sábado 9 de noviembre reunirá en La Tangente a seis músicos de distintas partes de esa provincia, trayendo a Buenos Aires un aire fresco y profundo de lo que allí se vive y se crea. La propuesta del sello Los Años Luz no es sólo mostrar a estos músicos como solistas destacados; es también abrir la puerta a un proyecto colectivo en el que la música se convierte en un punto de unión. Este festival será una oportunidad para de descubrir esa familia artística que comparte no sólo escenarios, sino una red de colaboración y de apoyo mutuo que enriquece sus creaciones y que, como bien lo señala el propio sello, constituye una verdadera comunidad. La creación del subsello Los Años Luz Córdoba responde a esa necesidad de articular una identidad particular que, desde Córdoba, empieza a proyectarse al país y al mundo. Un viaje por las voces de Córdoba José Luis Aguirre trae consigo la experiencia de una vida dedicada a la música y la poesía popular, en las que captura tanto la belleza como las dificultades del interior cordobés. Nacido en Villa Dolores, sus letras cuentan historias de la vida cotidiana, los valores de la gente y los paisajes que rodean a su pueblo. Con un tono cercano y una voz que sabe transmitir el peso de las palabras, La profundidad y sensibilidad de su obra hacen que sus canciones no sólo se escuchen, sino que se vivan como una narrativa de la realidad que representa. Mery Murúa, nacida en Cruz del Eje, trae su propia interpretación de la canción popular, conectando el folklore con otras influencias sin perder su esencia. Su voz, que se adapta a distintos estilos sin perder autenticidad, ha ganado reconocimiento y premios, siendo uno de los nombres destacados en la música cordobesa de hoy. Su música es también un viaje por el cancionero nacional, en el que resuenan ecos de las raíces de nuestro país en una armonía constante entre lo tradicional y lo actual. Vivi Pozzebón. Con una energía arrolladora, Vivi trae consigo no sólo la voz y la percusión, sino una concepción de la música como herramienta de celebración y resistencia. Es referente de la percusión en Argentina, llevando al tambor la historia y el presente, con un espíritu de comunión que busca la igualdad y el respeto. Su música, que combina ritmos afro y latinoamericanos, se vive como un ritual en el que cada golpe y cada nota representan la fuerza de las mujeres y de las disidencias en una afirmación constante de identidad. Paola Bernal, desde Cosquín, aporta una voz poderosa y un estilo que une lo ancestral con lo contemporáneo, Bernal lleva a su música la conexión con la tierra y la tradición folclórica. En su obra dialogan el canto, el bombo, la danza y el folklore en una mezcla que se convierte en una expresión genuina de su propia búsqueda de identidad. Paola Bernal nos recuerda que la música folclórica sigue viva y en movimiento, y que, a través de ella, los paisajes de su provincia nos llegan llenos de color, sonidos y emociones. Juan Iñaki, llega con una propuesta en la que lo popular y lo académico se cruzan y se fusionan en una obra original y cautivadora. Su versatilidad vocal y su capacidad interpretativa hacen de sus presentaciones una experiencia que conecta al público con el folklore, explorando tanto las raíces como las nuevas posibilidades que el género ofrece. Iñaki representa a esa generación que, respetando lo anterior, también se atreve a innovar y experimentar. Finalmente, Jenny Náger cierra esta lista de artistas con su propuesta en la que la canción de autor se encuentra con influencias de la música brasileña, el jazz, el pop y el folklore. Con una voz delicada y a la vez poderosa, Jenny invita a su público a un viaje sonoro en el que las barreras de género musical se difuminan, permitiendo que cada canción sea una experiencia única y sorprendente. Una celebración de la identidad y la comunidad El Festival Los Años Luz Córdoba no es solo un evento, es una oportunidad de descubrir una comunidad musical en su forma más auténtica, en la que el trabajo colectivo juega un papel central. En esta noche porteña, cada uno de estos artistas traerá a Buenos Aires no solo su música, sino también la historia, los valores y la esencia de su tierra. La Tangente se convertirá en un espacio de encuentro, un lugar donde la música cordobesa podrá resonar y conectarse con nuevos oídos y nuevos corazones. Como bien lo definen desde el sello, la creación de Los Años Luz Córdoba fue algo natural, el resultado de una serie de encuentros, colaboraciones y de un compromiso compartido por llevar la música popular de Córdoba al resto del país. Para quienes ya conocen a estos artistas, el festival será una oportunidad de verlos juntos en una sola noche, mientras que, para aquellos que los descubren por primera vez, será una experiencia inolvidable, un momento de conexión y de encuentro con una provincia que, a través de su música, se nos muestra con toda su fuerza y su diversidad. Este 9 de noviembre, en La Tangente, la música cordobesa iluminará Buenos Aires.

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Soy una Tarada: Diez años en el espejo de las canciones

Por Ale Simonazzi Hace una década, Soy una Tarada se presentaba con esas maravillosas historias escritas por Lucho Guedes. Acompañé este proyecto en el proceso de grabación y prestando voz a los textos introductorios de cada canción que, si bien no son parte del disco, lo fueron en cada una de las presentaciones, incluída la inolvidable noche en la Ballena del CCK. Hoy, diez años después, el disco no solo resuena por su originalidad, sino por la profunda conexión que aún establece con quienes lo escuchamos. Este aniversario lo celebramos con un recital íntimo y emotivo en el Club Social y Deportivo Mitre de Quilmes, volviendo a afirmar lo importante del encuentro en torno a la música, la palabra y la amistad. La primera vez que escuché una de las canciones de Soy una Tarada, supe que estaba frente a algo único. Quizás fue porque cada historia se desplegaba con vida propia o porque Lucho Guedes, con su voz narrativa, lograba que el dolor y la alegría, la soledad y la esperanza se percibieran tan reales como si fueran nuestras. Recuerdo los momentos de grabación, el compromiso de cada uno de los músicos, las charlas con Lucho y Alan Plachta, responsable de los arreglos y la dirección musical. Soy una Tarada es un disco doble, una obra en la que el tiempo parece detenerse. Desde los primeros compases, Lucho logra hacernos cruzar una puerta hacia una realidad donde las canciones trascienden los límites del formato. Lo notable de esta obra es que nada se queda en la superficie: un electricista melancólico se convierte en protagonista de un drama sutil, una jubilada espera, en silencio, reencontrarse con su amado fallecido. Lucho eligió una variedad de personajes, de voces y de historias que, aunque ajenas, se sienten tan próximas que rozan el límite de la propia piel. Con cada canción, él nos ofrece una historia humana y, sin esfuerzo aparente, nos invita a vernos en ese espejo empañado por emociones que, tarde o temprano, todos hemos experimentado. Para contar estas historias, Guedes convocó a una serie de intérpretes que hicieron suyos estos personajes. Las canciones dejaron de ser “solo canciones” para transformarse en piezas casi teatrales, donde la polifonía de voces dio vida a cada uno de esos relatos. Cantantes como Liliana Herrero, Soledad Villamil, Lidia Borda, Jorge Fandermole, Juan Quintero, Edgardo Cardozo, Brian Chambouleyron, Nadia Larcher, María de los Ángeles Ledesma y Lorena Rizzo aportaron, cada uno, su interpretación única y profunda, acercándonos más a las emociones y los conflictos de los personajes. Para Lucho, este disco fue mucho más que una colección de temas: fue un proyecto literario, teatral y musical que necesitaba la profundidad que él imaginaba para cada relato. “El disco es una conjunción de un montón de cosas combinadas, pero lo que está en primer plano es el relato. Quería generar texturas, espacios sonoros, para que el relato se desarrolle sin distracciones”, afirmó Guedes hace una década. La apuesta era riesgosa, y no sería una obra para cualquier público. En cada presentación, la complicidad del oyente —ese “pacto ficcional” que Lucho busca— se convierte en el eje que sostiene la experiencia. Hoy, a diez años de la edición de Soy una tarada, recuerdo momentos intensos, charlas y vinos compartidos en el estudio Fort junto a Pablo López Ruíz y en el estudio El Bolsón con Martín Telechansky. Cada una de las sesiones de grabación con los músicos invitados es un recuerdo atesorado. Soy una Tarada ha resistido la prueba del tiempo, se mantiene auténtico, fiel a sí mismo. El público que se acerca al encuentro de los personajes e historias que propone Guedes, lo hace con una devoción sincera y renovada. En la reciente celebración de este décimo aniversario en el Club Social y Deportivo Mitre de Quilmes, ese pacto entre intérprete y oyente volvió a ocurrir. Tuve la alegría de volver a leer los textos introductorios de las canciones, reecontrarme con El Pope, Mi Negra o El Rafa y, fundamentalmente, con el amigo Guedes celebrando la amistad. Y en esa pequeña sala, en ese hermoso club de barrio, volvieron a contarse y cantarse las historias… Y el tiempo pareció detenerse una vez más.

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Rojo y Negro en el CAFF: El regreso del Club Artístico Libertad, un colectivo que canta y resiste.

Luego de una pausa, el Club Artístico Libertad volvió a los escenarios con «Rojo y Negro», su vibrante y comprometido espectáculo sobre el cancionero republicano de la Guerra Civil Española. En charla con Revuelto, Charly Sculli, bajista de esta agrupación que conjuga música, visuales y un mensaje de resistencia, nos revela el poder actual de este repertorio y la apuesta renovada por nuevas canciones propias que dialogan con la historia y el presente. El Club Artístico Libertad (CAL), es una agrupación que, con más de una década de historia, ha logrado que el cancionero republicano de la Guerra Civil Española encuentre un eco en la Argentina del siglo XXI. La banda está formada por 20 personas, entre músicos, técnicos y artistas visuales, que, en un formato cooperativo, traen al presente canciones que cuentan historias de luchas pasadas, mientras invitan a pensar en las resistencias actuales. “Para nosotros, no hay nostalgia en esto, sino una alegría rebelde”, cuenta Charly Sculli, bajista del grupo. La génesis de un club que canta con historia«El CAL surge en el año 2009, dice Sculli, después de la disolución de 2 bandas que teníamos entre miembros cruzados de la formación del club, hicimos una convocatoria para encarar este nuevo proyecto, que se fue dando casi de manera natural con la idea de formar un colectivo artístico que conglomere múltiples disciplinas artísticas. Presentamos una serie de canciones propias y algunas versiones de esas viejas canciones de la guerra civil. Demian Casaubon, nuestro cantante las traía en ese momento porque eran canciones que le cantaba su abuela Fe cuando era pequeño. Nos dimos cuenta de que comenzar a trabajar ese cancionero tenía un significado político, artístico y social que encajaba con nosotros y armamos el proyecto de “Rojo y Negro, Canciones republicanas de la guerra civil española” y con el pasar de los meses, enfocamos la investigación en estas canciones, les dimos contexto histórico, en los shows,previo a cada una, narramos una pequeña introducción de las mismas, rescatando las melodíasoriginales pero buscando una idea sonora más contemporánea de aquellas canciones de trinchera adaptadas a un formato que alcanza a veces hasta 15 músicos en escena.» Desde sus primeros shows, el CAL no solo ofreció música. “Nuestro espectáculo incluye proyecciones y grabaciones de archivo de la época. Es casi una experiencia inmersiva”, explica Sculli. Las imágenes y grabaciones acompañan las canciones y le dan al espectáculo una profundidad particular. No es solo un concierto: es una especie de homenaje a la resistencia y, a la vez, un acto de resistencia en sí mismo. En 2019, el grupo decidió tomarse un descanso, tras una década de trabajo continuo. “Llegó un momento en que sentimos que necesitábamos una pausa”, admite el bajista. Fue una especie de descanso voluntario que, sin embargo, les permitió repensarse y regresar renovados. Ahora, en 2024, el grupo vuelve con la madurez que les ha dado el tiempo y la experiencia. “Nos dimos cuenta de que queríamos más. Teníamos la necesidad de ampliar nuestro repertorio y de hablar no solo de aquel pasado, sino también del presente. Por eso decidimos incluir canciones propias, con las que reflejamos el contexto político que estamos viviendo”, cuenta. En este regreso, el público podrá escuchar algunas composiciones nuevas que mantienen el espíritu de lucha y resistencia, pero que miran hacia el futuro. “El público que viene a nuestros conciertos es muy diverso. Hay personas mayores, que tal vez tienen una conexión más cercana con la Guerra Civil Española, y también hay jóvenes que encuentran en nuestras canciones un mensaje que les resuena en el presente. Para nosotros, el arte es una herramienta de lucha, y sentimos la responsabilidad de ofrecer un espacio donde la gente pueda expresarse y sentirse acompañada”. Con este enfoque, el CAL busca que cada presentación sea un espacio de comunidad. “La música es una forma de gritar lo que uno siente, y hoy en día hay muchas cosas por las que gritar”, reflexiona Charly Sculli. Sus palabras reflejan la esencia del grupo: un colectivo comprometido con su mensaje y con su público, que se ha convertido en una especie de refugio para quienes buscan resistir desde el arte. La puesta en escena como una experiencia total“Integrar lo visual con la música es fundamental para nosotros. Contamos con un equipo de artistas visuales que entiende el mensaje que queremos transmitir y trabaja en sincronía con nosotros” Cada canción es una historia, y las proyecciones ayudan a contarla. En el espectáculo, se ven imágenes históricas, y también ilustraciones y animaciones creadas especialmente para el show. Esto no solo enriquece la experiencia, sino que le da una dimensión más profunda al mensaje. Desde su primera presentación en la Biblioteca Nacional en 2009, el CAL ha recorrido un largo camino. Han tocado en lugares emblemáticos, como el Centro Cultural Caras y Caretas, el Centro Cultural de la Cooperación y el Teatro Payró, y han participado en eventos conmemorativos como el Día Nacional del Exiliado Español. Además, la música del grupo ha sido parte de bandas sonoras y obras de teatro, lo que demuestra la versatilidad y el alcance de su proyecto. “Estamos en constante evolución”, asegura Charly Sculli. “Cada vez que nos subimos al escenario, sentimos que es una oportunidad para conectar con el público y para seguir creciendo como colectivo”. Esta dinámica de grupo es parte de lo que hace al CAL tan especial. El formato cooperativo permite que cada miembro participe según su disponibilidad y sus intereses, lo que genera una especie de “caos ordenado” que mantiene viva la energía del proyecto. La actualidad del cancionero republicanoCuando le preguntamos sobre la vigencia de las canciones republicanas en la actualidad, Charly responde que “es impresionante cómo estos temas siguen resonando. A veces, escucho una canción y pienso que podría haber sido escrita hoy. La lucha por la justicia, la libertad y la dignidad es algo que trasciende el tiempo”. En este sentido, el CAL no solo revive canciones antiguas, sino que las resignifica para un público contemporáneo. Al preguntar

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“Mutántica”, un viaje sonoro entre escombros y esperanza. Nuevo disco de Triángula.

Después de tres años de intensa labor creativa, Triángula regresa con “Mutántica”, su segundo álbum. Este trabajo, liderado por la voz y las letras de Micaela Vita, Noelia Recalde y Nadia Larcher, recorre a través de diez canciones originales, temas de gran urgencia social y encuentra en la poesía sonora un grito que invita a la reconstrucción. El disco, enriquecido con la presencia de Ricardo Mollo y la producción de Facundo Rodríguez, se presentará en noviembre en Córdoba y Buenos Aires, con entradas ya disponibles. Con una identidad femenina y colectiva que amplifica el poder de la voz, Triángula vuelve a la escena musical argentina. Su segundo disco, Mutántica, desafía los límites de lo esperado y da lugar a emociones viscerales de un mundo fracturado. Este álbum, que la banda define como “feroz”, llega tras tres años de una creación pausada y determinada. Triángula sigue su propio ritmo, sin perseguir tendencias, y con cada palabra y sonido, construye un mensaje que encuentra en la música una forma de resistir y sanar. Triángula, compuesto por Micaela Vita, Noelia Recalde y Nadia Larcher en las voces, Juan Saraco en guitarras, Lucas Bianco en bajo y Jonatan Szer en batería, traza un camino con identidad única dentro de la música independiente argentina. Desde su formación en 2019, la banda ha captado la atención por su estilo comprometido y experimental, que abraza géneros como el rock, el indie, el soul y el folclore, con una poética que se inspira en la conciencia transfeminista. Mutántica contiene diez temas originales que exploran paisajes densos y atmósferas de reflexión. “Este disco es feroz porque nace de una herida compartida”, comenta la banda, en sintonía con el sentimiento de estos tiempos convulsos. “Imprime la belleza sobre los pedazos de un mundo roto; ante la fractura, la grieta, el caos y el colapso, un puñado de melodías busca convocar nuevamente a la manada para juntar fuerzas, porque las batallas continúan”. Mutántica se presenta, entonces, como un grito que emerge de las ruinas para hacer de la música un acto de sanación y resistencia. El disco se nutre además de la participación especial de Ricardo Mollo, quien aporta su voz y un solo de guitarra en la canción “Pájaros”, sumando intensidad y textura a este tema, que resuena como un eco en el álbum. Pero Mollo no es el único colaborador en este viaje sonoro. Facundo Rodríguez, ingeniero y productor, se une al equipo de Triángula, dejando su huella en la profundidad y densidad sonora del álbum, algo que enriquece y da cohesión a cada uno de los temas. Rodríguez, conocido por su trabajo con Divididos, Eruca Sativa y Escalandrum, aporta una sensibilidad particular que eleva a Mutántica a un nivel de madurez y cohesión sonora. Las letras de Mutántica evocan imágenes intensas y urgentes, y cada canción representa un universo propio. En “Esbrújulas”, se invoca a una figura femenina poderosa y mítica, como símbolo de resistencia en la adversidad. “Día 26” toca una fibra sensible: el dolor de las ausencias y la injusticia, una constante que Triángula denuncia sin ambigüedades. “Ninfas” expresa la herida de una naturaleza desbordada por el consumo humano, mientras que “¿Dónde estás?” es una plegaria que reclama la empatía ante las ausencias irremplazables. El álbum fue grabado en el invierno de 2024 en los estudios Romaphonic y Quark, bajo la dirección de Rodríguez. Sin apresurarse a encajar en formatos ni convenciones, cada canción de Triángula tiene su propio tiempo y espacio, característica que refleja una búsqueda genuina y profunda. Mutántica no solo presenta melodías; es una obra que invita a la reflexión y a la introspección en tiempos en los que parece que el ruido y la velocidad dominan. El diseño visual de Mutántica, a cargo de María Fernanda Rallo y dirigido artísticamente por Noelia Recalde, completa la propuesta sonora con una estética que invita a sumergirse en cada uno de los mundos propuestos por Triángula. La presentación oficial del álbum se realizará en vivo el 22 de noviembre en Córdoba y el 29 y 30 de noviembre en Buenos Aires, momentos en los que la banda espera transmitir en directo la energía transformadora de sus canciones. Desde sus inicios, Triángula ha desafiado los estereotipos y barreras de género en la música. En un ámbito donde las voces femeninas a menudo han tenido menos espacio, la banda reafirma en cada trabajo que es posible construir desde una perspectiva distinta, donde la autenticidad y la potencia de lo colectivo se reflejan en letras intensas y actuales. Las voces y letras de Vita, Recalde y Larcher se alzan desde una sensibilidad particular, ofreciendo un relato desde lo íntimo y colectivo a la vez. Con Mutántica, Triángula se consolida como una de las propuestas más interesantes de la música independiente argentina. Este álbum, lejos de ser solo una colección de canciones, es un testimonio de época y una obra que resuena con las inquietudes del presente. En tiempos donde la prisa y el ruido parecen ahogar las voces genuinas, Mutántica apuesta por la pausa reflexiva y la fuerza de lo esencial: un mensaje que invita a no olvidar que, incluso entre las ruinas, aún hay belleza y esperanza.

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