Manuel Alvarez Ugarte
Es curioso cómo a veces, lo que parece un simple alto en el camino, termina siendo una pieza clave para entender un trayecto más largo. «Será octubre», el EP de Manuel Álvarez Ugarte, parece tener algo de eso: un paréntesis, un suspiro, pero que, en realidad, nos dice tanto sobre el andar de este músico. Con solo tres canciones, este trabajo nos invita a escuchar con atención, a sentir ese momento en que el artista se reencuentra con obras ajenas, pero que resuenan en su interior como propios.
El EP, grabado en una mañana de otoño en en el taller del luthier Julio Malarino en Olivos, con la producción audiovisual de Vivos Bárbaros Producciones, captura la magia de lo efímero. Manuel se sumerge en la música de otros, con esa humildad que solo tienen los músicos de corazón, aquellos que entienden que una canción puede pertenecer a muchos y, a la vez, a nadie en particular. En este caso, el guitarrista nos regala versiones de tres composiciones que lo han acompañado en distintas etapas de su vida, y nos deja entrever, entre acordes, la nostalgia de un regreso y la ternura de lo reencontrado.
Lo interesante de este EP es cómo cada canción parece estar marcada por un momento clave en la vida de Manuel. Desde la evocación de Illapu en «Copla de morenada», que conecta con su tiempo en Chile y el inicio de su propio viaje, hasta «La violetara», una pieza que resuena con la historia de la inmigración y la permanencia en Buenos Aires, pasando por «De mi esperanza», una zamba que Manuel reinterpreta con frescura y profundidad, llevándola hacia el candombe, como si de alguna manera quisiera jugar con las raíces para hacerlas propias, sin perder la esencia de lo original.
Es un trabajo íntimo y sincero, donde la guitarra de Manuel dialoga no solo con las canciones, sino también con su propia biografía. Y en ese espacio, los oyentes somos invitados a compartir algo de ese proceso, como si nos dejara asomarnos por un momento a su mundo.
