Este nuevo trabajo de Gustavo Ripa abre un cauce sereno en el que la guitarra recorre músicas que resuenan y son parte de nuestra identidad cultural.
Ripa, nacido en Salto (Uruguay), guitarrista y compositor de larga trayectoria —integrante de grupos como Rumbo y Canciones para dormir la siesta— se asoma en este álbum al otro lado del Río de la Plata para dar su mirada personal de compositores como Fito Páez, Lito Nebbia, Luis Alberto Spinetta, María Elena Walsh, León Gieco o Gustavo Cerati. Una mirada calma, sin estridencias, que nos mece cual río tranquilo.
Ocho temas en guitarra que traen bellísimas melodías: “11 y 6”, “Solo se trata de vivir”, “Todos los días un poco”, “Crimen”, “Plegaria para un niño dormido”, “Serenata para la tierra de uno”… Cada tema parece una ribera distinta de un mismo cauce: sereno y disfrutable.
Un disco que pide escucha lenta, con lugar para la pausa y el espacio entre notas. No hay dudas que el Río de la Plata une mucho más que lo que distancia, como afirma Ripa: “Las canciones cruzan el río y anidan en los corazones del otro lado”. Ese “otro lado” puede ser cualquiera de las dos orillas; el encuentro es permanente y las fronteras no dividen, sino que conectan.
En tiempos donde pareciera imponerse el ruido, El río que nos une es un refugio. Ripa nos recuerda que hay música que respira, que abraza, que se toma su tiempo. Que el río sigue sonando entre orillas hermanas, y que en esa corriente de cuerdas, calma y memoria, también nosotros encontramos nuestra casa.
Ale Simonazzi
Gustavo Ripa







