Un homenaje y una relectura. En este disco, grabado el 27 de septiembre de 2024 en Thelonious Club, el trío integrado por Abel Rogantini (piano), Ezequiel Dutil (contrabajo) y Germán Boco (batería) se sumerge en la memoria viva de Bill Evans.
El repertorio es elegido con fineza: Waltz for Debby, Israel, The Peacocks, Noelle’s Theme, y piezas como A House Is Not a Home de Bacharach, I Love You de Porter, Minha All Mine de Hime y On Green Dolphin Street. Standards revisitados con respeto, pero también con el riesgo necesario de una improvisación que late en el presente.
La crítica de Alberto “Tano” Rosso en la contratapa lo resume bien: aquí hay una amalgama de conocimiento y emoción, un cruce entre técnica y libertad. Rogantini, Dutil y Boco dialogan sin jerarquías, con la complicidad de años de escenarios compartidos.
La grabación en vivo potencia esa intimidad: se escuchan silencios, respiraciones, la calidez del Thelonious Club, todo lo que hace que el jazz sea irrepetible cada noche. El diseño gráfico es de Damián Lavy, la toma de sonido de Amadeo Alzugaray, y en los agradecimientos aparecen Lucas Gatica, Esteban Cuñado, Ricardo Sanz, entre otros, recordándonos que un disco es siempre un trabajo colectivo.
Bill Evans Memories no es un museo ni un ejercicio de nostalgia: es memoria encendida, círculo abierto, invitación a escuchar en presente. Un disco para las madrugadas largas, cuando la música necesita sostenernos con ternura y precisión.