El nuevo disco de Nacho Moze no es un juego de estéticas ni un ensayo de laboratorio: es un grito desde la raíz. Desde una formación típica del jazz, el baterista propone un recorrido sonoro que se sumerge en las tradiciones musicales de América Latina atravesadas por la historia de la esclavitud africana y la resistencia popular.
Composiciones propias que dialogan con la memoria de los cuerpos desplazados, con los rituales que sobrevivieron en las esquinas, en los carnavales, en las ollas populares, en las iglesias tomadas por el ritmo. El candombe, la milonga, la vidala, aparecen entretejidos con los fraseos del jazz moderno, en un trabajo que respira tanto calle como ceremonia.
“El nuevo disco de Nacho Moze es una declaración visceral, un viaje emocionante que hunde sus raíces en la profundidad del ritual. Como todo lo que hace, Moze aborda esta obra atravesado por una intensidad que lo define y lo distingue. En esta obra, Nacho evoca la memoria de las tradiciones argentinas y la huella imborrable de las culturas africanas esclavizadas, traídas a América y vendidas en parques y plazas de la ciudad. Entre el pesar de miles de almas, el carnaval se mantuvo como tradición de los desplazados, como espacio de resistencia, comunión y catarsis, donde la música y el baile transformaban el dolor en fuerza colectiva.”
— Federico Solomiewicz, contrabajista y compositor
El disco cuenta con una formación poderosa: Reimon Lesbegueris (trompeta), Santiago Bustos (saxo alto), Lucas Goicoechea (saxo tenor), Gonzo Pérez (trombón), Agustín Spina (piano), Leo Valle Figueroa (contrabajo), más la presencia de una decena de invitados que completan una obra profundamente colectiva.
Un disco valiente y emotivo, que pone a la música en su lugar más urgente: el de la historia que late.