Un tornado dulce: Gabo Ferro en su propia voz, cuerpo y espíritu.
Por Ale Simonazzi
Un tornado dulce: un recorrido por la vida-obra de Gabo Ferro es una invitación a descubrir la esencia de un artista inigualable, cuyas canciones, poesías y reflexiones se tejieron con una sensibilidad única y desafiante. Escrita por Lalo Ugarte y Sergio Sánchez, esta biografía recorre los caminos de Ferro, desde su paso por la música hasta su faceta de historiador y poeta, revelando la profundidad y el poder transformador de su obra. Sergio Sánchez comparte con Revuelto cómo fue armar el mosaico íntimo que da vida a esta obra, una que se atreve a ir más allá de la superficie de uno de los artistas más singulares de la escena cultural argentina.
Con una trayectoria artística muy personal y un estar sensible, Gabo Ferro dejó una marca inconfundible en la música, la poesía y el pensamiento. En el libro Un tornado dulce: un recorrido por la vida-obra de Gabo Ferro, los autores Lalo Ugarte y Sergio Sánchez logran capturar la esencia de este multifacético creador. Editado por Marea, este trabajo no es solo una biografía: es un testimonio colectivo que entrelaza las voces de amigos, artistas y colegas de Ferro, pintando un retrato de su vida y obra con una ternura que refleja el espíritu del título. Este “tornado dulce” se erige como símbolo de la dualidad de Gabo: un hombre cuya sensibilidad era tan vasta y profunda como su presencia en el escenario, donde, sin emitir una palabra, lograba transmitir una intensidad única.
La obra explora desde sus primeros pasos en el punk y el rock con Porco, un grupo que rompió las convenciones de su época, hasta su retirada temporal hacia el ámbito académico. Gabo dejó la música durante seis años, dedicándose a estudiar historia, solo para regresar al escenario con una voz más madura, cargada de una profundidad poética que trascendía lo musical. Esta pausa y retorno son claves en su obra, tal como describe Sergio Sánchez, uno de los autores del libro: “El supuesto silencio absoluto o apartamiento completo de la música durante esos años no fue tal. Aunque no estaba en el escenario, Gabo seguía explorando y gestando proyectos como Sexa, un trabajo de música electrónica junto a Claudio Lafalce, que aunque quedó inédito, evidencia su constante inquietud artística”.
La biografía logra equilibrar la vida personal y profesional de Gabo, sin entrar en los detalles de su intimidad. La decisión de no profundizar en su vida privada obedece a una ética que busca respetar la voluntad del propio Ferro. “No queríamos armar una imagen completa o definitiva, sino presentar nuestro punto de vista, el resultado de nuestra investigación”, comenta Sánchez. Para él y Ugarte, la prioridad era dar cuenta de los intereses, inquietudes y valores de Gabo a través de su obra, y por ello optaron por entrevistar a artistas y colegas cercanos al terreno público de Ferro. El resultado es un enfoque que se nutre de la relación de Gabo con su entorno creativo y permite comprender mejor cómo sus canciones y poemas eran, en gran medida, una ventana a su universo.
Entre los grandes hallazgos en la investigación, Sánchez menciona una faceta menos conocida: la de Gabo en el teatro y la performance. “Muchos directores y artistas de teatro destacan la potencia escénica de su cuerpo. Cuando subía al escenario, algo en él vibraba; su presencia era tan intensa que no necesitaba ni abrir la boca para transmitir algo”. Esos momentos de entrega total en el escenario, que tanto le caracterizaron, revelan su profundo compromiso artístico que iba más allá de la simple interpretación.
Ferro también fue un artista que, a lo largo de su carrera, desafió las normas sociales, abordando “temas inconvenientes” en sus letras y en sus ensayos históricos, como él mismo decía. Sus canciones y escritos trataban temas como el dolor, la muerte, la no-binariedad, la sangre y la existencia en el margen. Este interés por lo periférico, por aquello que suele incomodar o sacudir al público, fue una constante que nutrió toda su producción artística. Desde su formación en Mataderos, un barrio en el límite entre la ciudad y el conurbano bonaerense, Gabo exploraba lo que estaba en la frontera, en ese espacio entre la norma y la disidencia.
En el escenario de la música independiente argentina, Gabo dejó una huella de autonomía y libertad creativa, algo que se destacó por su autenticidad y por la valentía de mantenerse fiel a su visión artística. Para Sánchez, esta independencia no era solo una decisión estética, sino política: “La independencia se demuestra con hechos, siendo realmente libre y rebelde al crear. Para Gabo, la obra era lo más importante, todo lo demás -el mercado, las tendencias, incluso el packaging- era accesorio”. Esta ética y su independencia creativa son parte de su legado más profundo y una inspiración para artistas jóvenes que buscan abrirse camino sin comprometer su voz.
Entre sus múltiples intereses y exploraciones, la conexión de Gabo con los derechos humanos fue un pilar. Su cercanía con organismos como Abuelas de Plaza de Mayo y su apoyo a leyes como la de matrimonio igualitario y la identidad de género reflejan su compromiso con causas que promovían la igualdad y la libertad de identidad. Su voz resonó en esos contextos, siendo un símbolo de empatía y valentía en tiempos de cambios sociales. Sánchez destaca: “Si hay algo que Gabo transmite a las nuevas generaciones, es la honestidad, el compromiso y la audacia para enfrentar temas difíciles desde la poesía”.
Un tornado dulce es un homenaje que evoca esa autenticidad sin restricciones. A lo largo de sus páginas, las palabras de quienes compartieron la vida y obra de Gabo convergen en un mosaico que hace de este libro una lectura obligada para comprender a un artista que, como pocos, encontró en la poesía su propia voz, esa que seguirá resonando en el tiempo. Un tornado dulce es una invitación a adentrarse en el mundo de Gabo Ferro, al mismo tiempo, una puerta abierta para descubrir en sus canciones algo propio: esa verdad poética que invita a reflexionar sobre lo que significa vivir plenamente.