Revuelto

Marcos Filardi: “América Latina es el lugar más pujante para la soberanía alimentaria”

De Sri Lanka al corazón del revuelto: una charla sobre agroecología, luchas colectivas y un modelo que quiere cambiarlo todo

En la segunda hora de Después de la Deriva, que en estos tiempos llamamos Después de Milei, se acercó al estudio de Revuelto Radio el abogado Marcos Filardi. Pero llamarlo solamente abogado es quedarse corto: Filardi es un tejedor de redes, un militante de la agroecología y un habitante comprometido con la transformación profunda del sistema agroalimentario y, con él, de la vida misma.

Recién llegado de Sri Lanka, donde participó del Comité de Pilotaje Global hacia el Tercer Foro Nyéléni por la soberanía alimentaria, compartió lo que allí se vive como una fuerza planetaria en ebullición: “Se forja un faro de esperanza ante esta crisis civilizatoria. Siento que hay una revolución muy fuerte, de abajo hacia arriba, que va en la dirección que soñamos”.

Filardi es referente de múltiples espacios: fundador del Museo del Hambre, miembro del Movimiento para la Salud de los Pueblos, de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Medicina, de la Red de Abogadxs por la Soberanía Alimentaria, y de ETC, entre tantos otros. Y sin embargo, prefiere definirse con humildad y ternura: “habitante y tejedor de redes”, porque –dice– ya no hay nada que haga en soledad. Todo lo que importa nace del encuentro.

Durante la charla, conectó con los aportes grabados del ingeniero agrónomo Santiago Sarandón, investigador, docente y una de las voces más claras en el campo de la agroecología. Sarandón fue contundente: “Aunque existen prejuicios sobre la agroecología, hay experiencias intensivas y extensivas que demuestran su viabilidad, productividad y rentabilidad. Es posible producir sin plaguicidas”.

Filardi coincidió y fue más allá: “Los gobiernos nacional-populares muchas veces hablaron de coexistencia entre modelos, pero esa coexistencia no es posible. La agroecología no busca un nicho de mercado: busca transformar el sistema”.

Consciente de las dificultades y los retrocesos, también rescató las conquistas: recordó su paso por la Dirección Nacional de Agroecología, creada durante el gobierno de Alberto Fernández. “Fue efímera, porque no había una decisión política firme, pero dejó una semilla en el organigrama del Estado. Y esa semilla sigue germinando en los territorios”.

Una conversación imprescindible, en un tiempo donde la agroecología no es sólo una alternativa: es una urgencia y un horizonte. América Latina, con su historia de resistencias y sus pueblos en lucha, está llamada a ser vanguardia. La revolución, parece, crece desde la tierra.

Parece streaming, pero es radio.

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