La música no puede ser triste, por más triste que suene.
En una nueva entrega de Entre-Músicas, Mariano Botto nos invita a meternos en ese terreno donde las palabras a veces no alcanzan y es la música la que dice. Bajo el título “La música no puede ser triste, por más triste que suene”, la columna de esta semana recorre obras, frases y momentos donde los sonidos que supuestamente traen melancolía, en realidad cargan una belleza que consuela, que abraza, que transforma.
En este segmento, Mariano pone a conversar músicos, discos y letras con sensaciones que muchos compartimos, porque alguna vez todos nos quedamos escuchando una canción que nos hizo doler… pero que no pudimos dejar de amar.
Una reflexión sobre el sentido reparador de la música, su condición de refugio y de espejo. De cómo incluso lo triste, cuando suena, nos devuelve un poco de alegría por el simple hecho de saber que no estamos solos.
Parece streaming, pero es radio.
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