La música de raíz argentina tiene una nueva joya para atesorar, y llega de la mano de Don Olimpio. Su reciente disco y video, «La Olimpeña en vivo», es mucho más que un registro de lo que fue una noche especial en el Teatro Margarita Xirgu: es una invitación a sumergirse en la esencia misma de la música popular. Desde los primeros acordes de «Viditilla», esa recopilación anónima que revive con el toque delicado del ensamble, se siente la vibración de algo familiar pero renovado.
Las voces y los instrumentos se entrelazan en cada tema, formando un tejido sonoro que, lejos de encasillarse, fluye libremente entre chacareras, huayños y taquiraris. Con la voz de Nadia Larcher como hilo conductor, cada obra parece relatar una historia distinta, llevando al oyente a paisajes musicales que tocan tanto lo antiguo como lo nuevo. La elección del repertorio no es casual: clásicos de sus primeros discos como «Por seguir» o «Chacarera de las tunas» conviven en perfecta armonía con composiciones propias, como «Monte» y «Al sol», ambas de Larcher, que nos recuerdan que el folklore sigue latiendo fuerte.
Entre los momentos destacados de este trabajo, las colaboraciones juegan un papel crucial. La presencia de Juan Quintero, Santiago Segret, Luciana Jury y Miguel Vilca aporta colores únicos a un disco que, ya de por sí, es una paleta llena de matices. Y no solo la música enriquece la experiencia: la danza de Flor Vijnovich suma un nivel de celebración y conexión con el público, mostrando que La Olimpeña no es solo para escuchar, sino también para sentir en el cuerpo.
Escuchar «La Olimpeña en vivo» es recordar que nuestras raíces están vivas, que la música popular sigue siendo ese refugio donde la comunidad y la emoción encuentran un lugar común.