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Jazz Contemporáneo Argentino – Quinteto Urbano

1Track
  • A Bright And Hopeful Future
    1:17

Compartir este disco para quienes no lo hayan disfrutado, es algo especial ya que se trata de una obra que marcó a este espacio de música popular independiente. Jazz contemporáneo argentino es el primer registro del Quinteto Urbano, diez piezas propias, grabadas a fines de 1999 en el Estudio del Abasto, con una idea nítida y colectiva —música escrita para ese grupo y para esos cinco cuerpos en escena: Juan Cruz de Urquiza (trompeta/flugel), Rodrigo Domínguez (saxos), Diego Schissi (piano), Guillermo Delgado (contrabajo) y Oscar Giunta (batería). Desde el título ya había programa estético: un jazz que conversa con milonga, tango y folklore, no como cita exótica sino como parte del ADN rítmico y melódico de la escritura. Esa “declaración de principios” fue, en su momento, un golpe de aire fresco en la escena musical porteña.

La música respira con tema, arreglo y atmósfera antes que con lucimiento individual, que no falta, pero que llega cuando el relato lo pide. El quinteto arma planos: la trompeta de Urquiza abre caminos con líneas contenidas, los saxos de Domínguez colorean el clima y la base Delgado–Giunta es puro pulso porteño con swing, mientras el piano de Schissi, más armonista que “bebopero” ortodoxo, habilita modulaciones y giros tímbricos. Esa decisión —sonar distinto desde lo propio— fue registrada con claridad por la crítica de época: piezas pensadas para el grupo, repertorio original y “sonido argentino” como intención explícita.

El devenir del quinteto confirmó ese inicio promisorio: más de 400 shows, tres discos en seis años (incluido el segundo doble y En subida, editado luego en Europa) y un hito simbólico —el Teatro Colón, donde su “jazz de cámara” mostró que el proyecto había madurado sin perder fuego—. No era moda: era método. Seis años después llegaría el Konex que los selló como referencia de la década, pero el punto de partida está acá, en este álbum que muchos escuchamos como contraseña de una renovación que todavía hojeamos.

Visto desde hoy, Jazz contemporáneo argentino no envejeció: sigue latiendo. En sus compases hay ciudad, río, vereda; hay escritura que se hace cuerpo colectivo. Si uno quiere entender por qué a comienzos de los 2000 el jazz que se tocaba acá dejó de mirarse al espejo para mirar la calle, este disco es la puerta a abrir. Y una vez adentro, es difícil volver a la vieja costumbre de “tocar standards y ya”: después de este quinteto, el estándar es decir quiénes somos mientras improvisamos.

Ale Simonazzi