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Hasta que aclare – Eva y Nadia

1Track
  • A Bright And Hopeful Future
    1:17

Eva Sola y Nadia Szachniuk, salteñas, amigas desde la adolescencia, traen en este tercer trabajo la madurez de tres décadas de canto compartido y casi quince años de dúo consolidado, siempre hurgando en el folklore de tradición, en las coplas anónimas del NOA y sus ecos de caja y vidala.

Este disco tiene la paricularidad de traer un sonido que casi se nos había olvidado: el arpa criolla.  Convocan a Lorenzo París, 87 años, heredero de la escuela de Félix Pérez Cardozo, para que sus cuerdas vuelvan a mezclarse con guitarras, bombos y voces, como en aquellas compañías de arte nativo de los años 30 y 40. Ese arpa, lejos de la postal turística, aparece como instrumento político: recordar que hubo otra manera de sonar este país y que aún se puede.

Hasta que aclare trae cinco piezas: “Ay tirana” en clave de gato, “La raqueña” de Yupanqui, “Chacarera de los Jumes”, una selección de cuecas y la chacarera “Hasta que aclare” que le da nombre al disco. Repertorio poco transitado, al que el dúo entra sin solemnidad, jugando con las acentuaciones, respirando juntas cada giro melódico. El ensamble que arman rodea y sostiene ese canto: Seva Castro en guitarra, Facundo Guevara en percusión, Andrés Pilar en piano y la voz invitada de Maggie Cullen en esa selección cuequera que cruza generaciones de manera natural.

Es folklore, pero también es una pequeña orquesta de cámara criolla, mínima y precisa, donde cada timbre está ahí por algo. Grabado en junio de 2025 en Estudio Fort y editado como EP en octubre, con producción y dirección artística del propio dúo, “Hasta que aclare” se siente como un trabajo pensado al detalle: fraseos microscópicos, dinámicas cuidadas, esa forma de cantar cerquita del oído sin perder potencia. Nada sobra, nada busca el efectismo: es un disco corto que pide reescucha, casi como un ritual.

El título no es ingenuo. En tiempos de país sacudido y mundo encapotado, Eva y Nadia dicen, literalmente, que el disco nace con una actitud esperanzada pero también de resistencia, con el deseo de afirmarse en su identidad mientras el afuera arde. La resistencia acá no es arenga de consigna dura: es el gesto de seguir cantando bellas canciones populares, anónimas o casi olvidadas, como forma de decir “no nos han vencido”.

Ale Simonazzi