Cucuza y Mateo Castiello. Padre e hijo. Uno un cantorazo, de esos que se disfrutan. El otro, exquisito guitarrista. En este disco nos regalan un paseo por el tango y sus matices, como si estuviéramos compartiendo una noche de confidencias en el mítico bar El Faro. Las cuerdas de Mateo, seguras y cómplices, sostienen la voz de su padre, esa que ha sabido conquistar al barrio y la bohemia, con una entrega que va más allá de las notas. Cucuza elige tangos de ayer y de hoy, donde lo clásico se encuentra con lo moderno, siempre en el tono justo, sin aditamentos ni efectos, tan auténtico como una charla de café.
Cada tema es una historia que, a veces con dolor, a veces con picardía, revela la esencia de un género que resiste al tiempo. Y entre los invitados, la magia sigue viva: Dolores Solá, Dema, Acho Estol, Horacio Avilano, y hasta la hinchada del club Atlanta se suman a este disco como vecinos que llegan sin avisar pero siempre son bienvenidos. CastielLos no es un álbum de tango, es una foto íntima, un ritual, donde las guitarras se mezclan con la vida misma.