Pola Grabinski y su «Tangos en el Patio»: un cumpleaños entre milongas y lazos de río.
Por Ale Simonazzi El 15 de noviembre, la cantante Bárbara «Pola» Grabinski, celebra su cumpleaños en el lugar que ella misma ha hecho suyo: el Club Social Cambalache en San Telmo. Con una mezcla de tango y sonidos del litoral, Pola nos invita a vivir una noche en la que la música y la autogestión se entrelazan en un espacio que resiste y celebra nuestra identidad cultural, con ese aire porteño que también mira hacia los ríos que nos conectan. Con la fecha marcada y los músicos listos, «Tangos en el Patio» espera a quien quiera disfrutar de la música popular desde el corazón del Club Social Cambalache, un lugar que va más allá de un simple escenario. Ubicado en la histórica Casa de los Ezeyza en el barrio de San Telmo, este espacio acoge desde 2021 a quienes sienten en la piel el pulso de la música ciudadana, renovada y diversa, tejida entre las raíces del tango y un abanico de sonidos que cruzan la ciudad. Para Pola Grabinski, celebrar su cumpleaños en Cambalache «es como extender el festejo a toda una familia musical que, a fuerza de pasión y de empeño, sostiene vivo el espíritu de un club que se nutre del arte, la historia y la autogestión». Con la misma entrega y creatividad con la que Pola enfrenta sus proyectos, Tangos en el Patio es una manera de explorar el tango desde una mirada actual, respetuosa de la tradición y a la vez atrevida, para enriquecer esa misma tradición con otras perspectivas y sonidos. “Queremos que Cambalache represente esa mezcla de miradas y experiencias musicales. En un momento tan desafiante para la cultura, mantenemos esta bandera en alto: insistimos en un espacio que ofrece una experiencia linda al público y, sobre todo, que permite entender el valor de nuestra música”, cuenta Pola, que ha volcado su energía y creatividad en cada rincón del club, en cada acorde y en cada detalle de los encuentros que se suceden semana tras semana. Tangos y algo más: un viaje por el ríoTangos en el Patio es la puerta de entrada a un universo donde lo popular se abraza con lo íntimo y lo regional. Como lo explica Pola, «la elección de integrar en el repertorio otros sonidos del litoral no es un capricho. Es una suerte de homenaje al Paraná, al vínculo con la música de nuestra tierra, esa que llega desde las provincias y se escucha en Buenos Aires como un recuerdo, pero también como una presencia viva. Lo pensé como un recorrido geográfico por el río; un viaje que empieza con tangos y se transforma en un navegar musical hacia los clásicos del litoral”, dice la cantante. Pola se entrega con alegría a esta noche de canciones que la acompañarán en su propio festejo. Su equipo incluye a Vero Bellini en piano, Alejandro Bordas y Juan Lorenzo en guitarras, y Matías Keller en percusión, músicos con quienes compartirá ese viaje íntimo que cruza el tango y la canción popular, pasando de la nostalgia porteña al aire fresco de los ritmos ribereños. La atmósfera de Cambalache se presta perfecta para el diálogo entre estilos: desde tangos tradicionales hasta canciones del litoral, unidas en un repertorio donde cada nota conecta con un fragmento de historia o de memoria compartida. El desafío y la magia de la autogestiónMantener un espacio como Cambalache no es tarea sencilla. Cada presentación es un acto de resistencia y de celebración que involucra horas de trabajo conjunto, de planificación, de sueños que se comparten. “Los desafíos son muchísimos. En este momento, las convocatorias no son fáciles, por eso creemos en darle al artista un trabajo de producción en conjunto”, cuenta Pola, quien lidera el esfuerzo constante de sostener este espacio cultural. Es un trabajo de cada día, de alianzas con periodistas, de estrategias para dar visibilidad al trabajo de quienes se presentan en el club, de una red que va extendiéndose y creciendo como el público, como la comunidad que se arma alrededor de estos encuentros. Esa red de apoyo y de trabajo, que incluye a cada músico, a los que comunican, al equipo que organiza, a los que asisten, es lo que permite que Cambalache siga latiendo. Porque para Pola, la satisfacción viene en los momentos de pausa, cuando mira el patio lleno y ve que, con cada aplauso y cada sonrisa, el trabajo de tantas manos y corazones toma sentido y forma. Es esta resistencia, esta determinación por mantener viva la esencia del club, lo que da a Cambalache su identidad tan particular, tan suya, tan nuestra. No es un espacio más: es un hogar para la música argentina en sus múltiples expresiones, y su valor reside precisamente en esa mezcla de lo autogestivo con la tradición. Pola no sólo es una cantante exquisita, sino también una anfitriona que sabe recibir a su público, que entiende la necesidad de hacerlos sentir en casa, parte de un lugar que ofrece más que un espectáculo, un espacio de pertenencia. Tangos en el Patio es un reflejo de su propia mirada sobre el tango y la música argentina, una mirada que se atreve a ampliar los horizontes, a explorar lo que la conecta con el resto de los géneros, con otras zonas y otras sensibilidades. Este ciclo también ha logrado unir generaciones y sensibilidades distintas, y para Pola, esa mezcla es el alma misma de Cambalache. “Queremos ofrecer un muestreo de toda la música argentina, desde lo autogestivo hasta las producciones de artistas históricos”, explica. Una noche de celebraciónEste 15 de noviembre, la Pola Grabinski festeja su cumple. Será una noche especial, nos encontraremos con el espíritu de un lugar que ya es icónico, un espacio de arte y de memoria, donde el tango vive y se expande, y donde las músicas de la región son también invitadas de honor en esta fiesta porteña. Cambalache, al igual que quienes lo llevan adelante, resiste con el alma en la voz, con la certeza de que, en cada
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